La Policía de Miami Beach arrestó a Conor McGregor tras ser acusado de haberle robado y destrozado el celular a un fanático que intentó tomarle una foto. El episodio habría ocurrido en las afueras de un hotel, a alrededor de las 5AM, según consta el acta de arresto.
El luchador de artes marciales mixtas se habría enojado porque el fanático buscó retratarlo sin su autorización y le habría arrebatado el teléfono móvil de la mano, provocando que cayera al suelo. Según la denuncia, «luego pisoteó el teléfono de la víctima varias veces, dañándolo. Posteriormente, levantó el teléfono y se marchó con él». Según le consignó la víctima de la agresión a los investigadores, el teléfono sustraído tiene un valor de 1,000 dólares.
McGregor fue retenido en el Centro Correccional Turner Guilford Knight de Miami, acusado de «robo y conducta criminal». Le fijaron una fianza de 12,000 dólares.
Se trata de la segunda vez que McGregor, de 30 años, es detenido en Estados Unidos. La anterior ocurrió en abril de 2018, cuando fue acusado de atacar a dos luchadores de UFC que viajaban en un autobús luego de un evento de artes marciales mixtas. En aquella ocasión escuchó tres cargos de agresión y uno de vandalismo. Y debió abonar una fianza de 50,000 dólares para salir en libertad. A su vez, la juez encargada del caso emitió una orden de protección para los peleadores Michael Chiesa y Ray Borg, quienes salieron heridos en el incidente causado por The Notorius.
Por el escándalo en Brooklyn, Conor cumplió con las horas de servicio comunitario que la ciudad de Nueva York le había exigido. Según le indicó su abogado Bruce Maffeo al New York Post, McGregor asistió a dos iglesias de Brooklyn para realizar trabajos de mantenimiento: «Fue un día completo de trabajo», advirtió. Luego, se trasladó a Florida para pasar unos días de descanso con su familia, que quedaron truncos por el nuevo incidente policial.