El Atlético de Madrid ha completado su semana fantástica particular, con tres victorias consecutivas, dos de ellas en partidos complicados. La tercera llegó en Mallorca, en un apretado duelo que se decidió por el tanto de Julián Álvarez a pase de Giuliano Simeone (0-1).
Los colchoneros, eso sí, se mantienen aún alejados de la primera posición. El triunfo es de peso porque enfrente estuvo un feroz Mallorca, impulsado más que nunca esta nueva etapa liderada por Jagoba Arrasate. Ahora sabemos por qué los proyectos del técnico vasco son longevos; por qué su mano se nota en cada uno de los sitios en los que aterriza. Hay una clara transmutación respecto a la época de Javier Aguirre.
El dominio de los bermellones fue claro en la primera mitad, porque monopolizaron por completo la pelota, sin ningún atisbo de robo por parte de los colchoneros, cómodos en ese papel. Sin grandes ocasiones, una de las escasas noticias fue la caída que sufrieron Reinildo y Robert Navarro en un salto, aunque ambos regresaron sin contratiempos al césped.
La gran ocasión del Mallorca llegó al filo del descanso. Un centro de Darder fue rematado por Larin, que vio el paradón de Jan Oblak en primera fila. Fue una mano importantísima para que el Atleti llegara con vida al descanso. Una intervención de mérito de un portero que continúa dándole puntos a su equipo.
El papel de Oblak
El guion seguía igual en la segunda mitad, cuando Oblak se erigió de nuevo como protagonista. Tras un saque de esquina del Mallorca, el esloveno detuvo el balón y lo lanzó con rapidez al ver la carrera de Giuliano. El hijo del Cholo perseveró y se quedó solo ante el portero antes de darle un pase a Julián para que rematara a placer. Cómo lo celebró el banquillo.
La claridad del Mallorca se disipó en cuanto el Atleti inauguró el marcador. Los colchoneros introdujeron un triple cambio para darle frescura al equipo. Y activaron más que nunca la operación habitual en estos casos: blindarse ante el ataque rival para confirmar el resultado y lograr la ansiada y necesaria victoria.
El despiste del Mallorca
El Atleti, de hecho, tuvo más opciones para ampliar la ventaja. En otra jugada que pilló desprevenido al Mallorca, Rodrigo Riquelme llegó hasta el área, donde remató a puerta, al palo corto. Pero allí emergió Greif, que realizó una gran parada para desbaratar el intento colchonero de aumentar la distancia en el marcador. Al igual que Oblak, que neutralizó a Abdón Prats en un mano a mano salvado in extremis.
Fue un triunfo de mérito que mantiene al Atleti tercero, a cuatro puntos del Madrid y a la espera de ver el resultado del Barcelona. Julián ha confirmado su buen momento de forma tras un duro primer mes de adaptación. Ya da rendimiento el delantero argentino, un futbolista que era más que necesario para los colchoneros. Ahora queda ver cómo continúa el devenir de la