La ventaja de dos goles conseguida en Italia y la canción tradicional del You never walk alone fueron herramientas contundentes para mantener la esperanza del Liverpool amparada en la misión de acceder a los cuartos de final de la Champions League.
El ensordecedor público de Anfield significó una motivación adicional para los conducidos por Jürgen Klopp, quienes intentaron imponer el ritmo del partido con una presión alta, para dejar sin opciones a los protagonistas del Inter.
Sin embargo, la salida limpia propuesta por Samir Handanovic, el sacrificio de Lautaro Martínez y la sociedad compuesta por Alexis Sánchez e Ivan Perisic fueron algunos argumentos que aplicó el Nerazzurro para equilibrar el duelo y amenazar a Alisson Becker.
Sobre la media hora el dueño de casa tuvo las más claras para abrir el marcador. Fue a través de la vía aérea por las incursiones de Joel Matip y Virgil van Dijk. El camerunés paralizó al estadio con un cabezazo que rebotó contra el travesaño y el neerlandés despertó suspiros cuando resolvió una acción con destino de gol que fue desviado por Stefan de Vrij. De a poco los Reds fueron imponiendo con autoridad la jerarquía de sus intérpretes.
Antes del descanso, un tiro libre ejecutado por Hakan Calhanoglu exigió al arquero brasileño, quien desactivó el peligro con una maniobra extraordinaria. El venenoso remate del turco pudo ser la fórmula del Inter para dar el golpe, pero Alisson le ahogó el grito. Con el mismo recurso, Trent Alexander-Arnold también inquietó a Handanovic con un remate por encima de la barrera que se fue apenas ancho. Los goles debían llegar en el complemento.
El espectáculo se reanudó con un ritmo vertiginoso. Una intervención de Diogo Jota obligó al arquero esloveno a salir de su valla para cubrir el disparo del portugués, pero en el rebote Mohamed Salah se adueñó de la pelota y buscó su tanto con un tiro rasante. Sólo por el poste inoportuno el egipcio no festejó. El milagro mantuvo con vida al Inter.
Además, cuando Lautaro Martínez sorprendió a todos los presentes con una obra magnífica que se clavó en el ángulo, los italianos se ilusionaron con dar el golpe en el torneo más codiciado del Viejo Continente. El Toro demostró por qué es considerado uno de los mejores delanteros del mundo en un escenario mítico, pero unos instantes después Alexis Sánchez no comprendió la oportunidad que se le presentaba al Nerazzurro y por una violenta patada se fue expulsado. Con inferioridad numérica, la hazaña parecía cada vez más compleja.
Durante el último cuarto de hora, una combinación entre Mané y Salah volvió a llenar de expectativas al público, dado que el palo volvió a salvar al elenco italiano. Sin dudas, la conquista del egipcio hubiera liquidado el pleito con antelación.
La decisión de Simone Inzaghi de reemplazar al ex Racing por el Joaquín Correa no fue la mejor idea. Sin el bahiense, el Inter perdió todo su peso ofensivo y de no haber sido por la notable destreza de Arturo Vidal, el encuentro se hubiese resulto antes del minuto 90. El Liverpool se quedó con los boletos hacia la fase de los 8 mejores, pero el Nerazzurro se fue del Reino Unido con la cabeza en alto.