El escandaloso final que se llevó a cabo en el T-Mobile Arena de Las Vegas (Nevada) entre Conor McGregor y Khabib Nurmagomedov dejó una imagen vergonzosa del evento de UFC 229.
No sólo de los luchadores, sino también de la afición que se vio involucrada en la batalla campal.
Tras la rendición del irlandés, Nurmagomedov se lanzó por encima del octágono al rincón de su oponente, aparentemente para pegar al entrenador de su rival, Dillon Danis, lo que dio paso a una pelea multitudinaria en la que incluso varios miembros del público subieron al cuadrilátero a golpear al irlandés mientras este se recuperaba, obligando a la policía a actuar.
El «Mataleón» con el que el ruso ganó el combate dejó muy aturdido al dublinés, quien permaneció un tiempo sentado sobre la lona para intentar recuperarse. Sin embargo, ante el descontrol que se vivió en los minutos posteriores se levantó y se situó a un costado del ring.
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Fue en ese momento cuando dos fanáticos alterados treparon la reja y saltaron al escenario. Mientras que el primero tardó unos segundos en encontrar a su objetivo y golpearlo de frente, un segundo aficionado de camiseta roja ya tenía entre ceja y ceja a «The Notorious».
El joven fue directo a pegarle dos golpes en la nuca al luchador profesional.
Hasta ahora no se hizo pública la identidad de los dos fervientes seguidores que ingresaron al octágono y fueron detenidos por la policía tras su ataque a Conor McGregor, quien decidió no levantar cargos ante las autoridades por los hechos sucedidos.
Finalmente, el ex campeón de UFC abandonó el ring abucheado, mientras que su rival fue despedido con lanzamiento de objetos por parte del público.
El jefe de la compañía de MMA, Dana White, se negó a entregarle el cinturón a Khabib por miedo a provocar más altercados en medio de una trifulca generalizada y señaló que el cheque del ruso ha sido retenido mientras estudian los acontecimientos.