Uno de los mejores entrenadores en la historia de las Chivas, Matías Almeyda, saldrá del club orillado por sus dirigentes, a los que les evitó la penuria de jugar en Segunda División y les dio cinco títulos en tres años. “El pastor”, como le han apodado, se irá del rebaño.
Durante sus vacaciones, Almeyda recibió una llamada de parte de las Chivas en la que le «invitaron» a irse del club en común acuerdo. El exdefensor de River Plate y Sevilla se negó.
La tensión aumentó cuando el club se comunicó con cada futbolista para anunciar que sus vacaciones terminarían antes de lo acordado: el 4 de junio y no el 10 como había planeado el entrenador.
Almeyda ya sólo afina los detalles de su partida con los abogados, de acuerdo con la cadena ESPN. Los futbolistas se han opuesto a la decisión aún no oficial por parte del equipo.
«¿Darle las gracias a quienes te regresaron a la grandeza? ¡A quienes te enseñaron valores, humildad y la unión que es lo más importante! No son los tratos ni las formas que este gran club representa; esto no es Chivas», escribió Isaac Brizuela, uno de los jugadores del Guadalajara, replicado por la mayoría de sus compañeros.
Los directivos del Guadalajara han cometido toda una serie de desatinos. Desde hace un año le deben a los futbolistas un premio económico por ganar un doblete inédito, Liga y Copa, y que aún no pagan al propio Almeyda y a los futbolistas.
El mes pasado los de Chivas ganaron la Liga de Campeones de la Concacaf y, por consecuencia, su boleto al Mundial de Clubes. Allí protestaron ante los impagos.
Los altos mandos rojiblancos prometieron pagar. Lo que han hecho es una serie de desmembramientos de la plantilla con las partidas del portero Rodolfo Cota al León, Oswaldo Alanís que se aproxima al Getafe y la tentativa de Rodolfo Pizarro a Monterrey o a cualquier club que pague más de 15 millones de dólares.
Almeyda le había pedido a su patrón, Jorge Vergara, que le ayudaran a conformar un plantel más competitivo. Dio una lista de futbolistas (Néstor Araujo, Javier Aquino, Jorge Torres Nilo) y no le resolvieron debido a una situación endeble situación económica tras la ruptura entre Vergara y su exesposa, Angélica Fuentes.
El argentino nacido en Azul llegó a México en 2015. Vergara le contrató para salvar del descenso al rebaño inspirado en su experiencia de devolver a Primera División al River Plate y a Banfield.
Matías Almeyda había pedido control absoluto del club: desde las divisiones inferiores a la absoluta. Se la concedieron y llegaron los títulos como la Copa MX, una Supercopa, el doblete y la pasada Liga de Campeones de la Concacaf.
El reto de Almeyda fue adaptarse a la ley del club: jugar exclusivamente con futbolistas mexicanos. «Vino a darle una confianza enorme al jugador mexicano. El proyecto con Almeyda da resultados y creo que tiene una plusvalía porque le ha dado continuidad a jugadores jóvenes surgidos de la cantera de Chivas, eso le ha dado identidad al equipo», considera Alberto Coyote, estrella de las Chivas en los noventa.
Ante un pésimo torneo en el que el conjunto rojiblanco terminó en el decimotercer lugar, Jorge Vergara revivió la figura de director deportivo y le restó poder a Almeyda con la llegada de Francisco Gabriel de Anda. «Su relación se ha desgastado con gente de la directiva», aseguró el directivo hace unas semanas, «si Matías va a seguir tendrá que entender el plantel que se va a conformar». No lo hizo.
Las Chivas de Vergara han vuelto a ser el club que tritura entrenadores.