Presenciar un partido de fútbol eleva el ritmo cardíaco de los aficionados, de la misma manera como sucedía con los antepasados cuando estaban alertas ante el ataque de un animal salvaje, afirmó un especialista.
“Durante un juego, puede haber mucha emoción, anticipación e incógnitas, y dichos factores pueden elevar el ritmo cardíaco y la presión arterial”, explicó el jefe de cardiología del DeBakery Heart & Vascular Center del Hospital Metodista de Houston, William Zoghbi.
Zoghbi indicó que aunque una jugada que daría el triunfo al equipo favorito de una persona puede no parecer un momento de pelea o huida, el organismo experimenta una frecuencia cardíaca elevada y presión arterial por encima del nivel normal. Esto debido a que no es capaz de distinguir una situación de peligro o estrés.
Al igual que el mariscal de campo, tu cuerpo tiene una reacción similar a él, ya que compartes la emoción del último minuto como si estuvieras en el partido”, señaló en un comunicado.
Cuando se experimenta una situación estresante física o mental, señaló, las glándulas suprarrenales liberan hormonas que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Dicho mecanismo mantiene alerta y da energía necesaria para manejar la situación en la que se encuentre.
A pesar de ello, no existe un riesgo para la salud a menos de que se cuente con una afección cardíaca preexistente. “Estas personas pueden experimentar una leve molestia en el pecho o dificultad para respirar”, detalló.
Finalmente, el especialista recomendó disfrutar los juegos deportivos y las actividades diarias, así como mantener un estilo de vida saludable que proteja al corazón de padecer alguna enfermedad, en el que se incluya moderar el consumo de alcohol al mirar el juego y la ingesta de grasa y tabaco.
