Fragmentos de granito encontrados en un meteorito sugieren que embriones de continentes se formaron en Marte hace 4.400 millones de años, lo que revela su temprana evolución, así como la de la Tierra.
Si bien las misiones de exploración enviadas al planeta rojo aún no han permitido traer muestras de roca marciana, algunas ya nos han llegado en forma de meteoritos, es decir, fragmentos de Marte expulsados hacia el espacio y que llegaron a la Tierra.
El origen de estos 400 kg de rocas recolectadas en todo el mundo se determinó principalmente gracias a los «gases raros que quedaron atrapados en algunas de estas rocas marcianas en el momento en que fueron expulsadas al espacio», explica a la AFP Brigitte Zanda, especialista en meteoritos del Museo de Historia Natural (MNHN) francés.
Esos gases raros corresponden a los «medidos en la atmósfera de Marte», recuerda la investigadora, coautora del estudio publicado en Nature Geosciences. En 2012, un comerciante francés de meteoritos le trajo muestras encontradas en el Sáhara Occidental.
El secreto de «Black Beauty»
El meteorito NWA7533, apodado «Black Beauty», tenía una textura «muy compleja» y «totalmente diferente» a la de otros meteoritos marcianos, cuenta ella. El interior, oscuro y lleno de granos «rosados claros y blanquecinos», consistía en fragmentos rocosos y polvos que se consolidaron tras uno o varios impactos en terrenos muy antiguos en el hemisferio sur de Marte.
Todos los meteoritos marcianos encontrados hasta ahora estaban «relacionados con basaltos», recuerda Zanda.
Estas rocas densas, que forman la corteza oceánica en la Tierra, provienen del enfriamiento rápido del océano de magma en la superficie de un planeta durante su formación.
Durante mucho tiempo se pensó que, en Marte, el proceso se detuvo ahí y que el planeta rojo no tenía un equivalente a los continentes terrestres. Estos últimos están formados por rocas ricas en sílice, menos densas que el basalto, y que «flotan» sobre la corteza oceánica.
Esta idea fue revisada en la última década por el descubrimiento, por parte del explorador robot Curiosity, de rocas marcianas más ricas en sílice que los basaltos. Este replanteamiento de los primeros años de Marte es confirmado ahora por el estudio de Nature Geosciences