Una mujer que paseaba el fin de semana del Día de los Caídos en una playa de California en Estados Unidos encontró algo inusual que sobresalía de la arena: un diente de un antiguo mastodonte, pero luego el fósil desapareció, y se necesitó un bombardeo mediático y un corredor de buen corazón para encontrarlo de nuevo.
Jennifer Schuh encontró el diente de un pie de largo (0.30 metros) que sobresalía de la arena el viernes en la desembocadura de Aptos Creek en la playa estatal Rio Del Mar, ubicada frente a la bahía de Monterey en el condado de Santa Cruz en la costa central de California.
“Estaba en un lado del arroyo y esta señora me estaba hablando del otro lado y me dijo qué es eso a tus pies”, relató Schuh. “Parecía un poco raro, casi como quemado”, no estaba segura de lo que había encontrado. Así que tomó algunas fotos y las publicó en Facebook, pidiendo ayuda.
La respuesta provino de Wayne Thompson, asesor de colecciones de paleontología del Museo de Historia Natural de Santa Cruz. Thompson determinó que el objeto era un molar desgastado de un mastodonte adulto del Pacífico, una especie extinta parecida a un elefante.
¿Cómo eran los mastodontes?
El mastodonte americano, un proboscídeo extinto que vivió desde aproximadamente 3.7 millones de años hasta alrededor de 10 mil años, sus fósiles se han encontrado en América desde Alaska y al sur hasta El Salvador; en México su hábitat principal eran los bosques de pino y encino aunque también prosperó en pastizales y bosques tropicales.
Con 3 metros de altura y más de 6 metros de largo, pesaba cerca de las 7 toneladas de peso en los machos más grandes de su especie.
El Mastodonte americano tenía semejanzas con el mamut lanudo porque al igual que éste último, tenía un pelaje muy abundante de colores ocres, orejas pequeñas y grandes defensas curvas, aunque mostraba marcadas diferencias como una espalda que no se inclinaba tanto desde el lomo hacia la cadera como en el mamut y una contextura física mucho más corpulenta, pero la principal diferencia entre esos animales se encuentra en sus molares, mientras que en el mamut estas piezas dentarias eran planas y estriadas (al igual que en los elefantes actuales) aptas para una dieta principalmente compuesta de pastos, el mastodonte contaba en sus molares con grandes proyecciones cónicas, una adaptación biológica que le permitió masticar hojas y ramas de forma muy eficaz. Tal característica en su dentición fue lo que le dio nombre a este animal: mastodonte significa «dientes de pezón» aunque en nuestros días, a principios del siglo XXI, el término mastodonte lo usamos para referirnos a algo gigantesco o muy corpulento.