Un grupo de astrónomos encontró varios objetos extraños en el centro de la galaxia que parecían nubes de gas, pero que por su comportamiento eran estrellas gigantes.
En el encuentro de la Sociedad Astronómica Estadounidense que se celebra en Denver (Colorado), los investigadores liderados por Anna Ciurlo, de la Universidad de California en Los Ángeles, anunciaron los resultados de su estudio tras los datos recopilados durante doce años por el telescopio Keck, en Hawái.
Los astrónomos descubrieron por primera vez los objetos G en el monstruoso agujero negro de la Vía Láctea hace más de una década (G1 en 2004 y G2 en 2012) y pensaron que eran nubes de gas, hasta que estos alcanzaron su punto más cercano al agujero negro supermasivo.
Ambos objetos lograron sobrevivir a la atracción gravitacional del agujero negro, que puede destruir las nubes de gas, lo que llevó a los investigadores a concluir que se trataba de estrellas gigantes.
«Si fueran nubes de gas, G1 y G2 no habrían podido mantenerse intactos», apuntó el profesor de astronomía de la Universidad, Mark Morris, coinvestigador principal de este estudio.
«Nuestra visión de los objetos G es que son estrellas hinchadas, estrellas que se han vuelto tan grandes que las fuerzas de atracción del agujero negro pueden sacar materia de sus atmósferas estelares, pero tienen un núcleo estelar con tanta masa como para permanecer intacto», agregó.
Según Morris, la pregunta que se plantean ahora los investigadores es «¿por qué son tan grandes?». Como posible explicación consideran que en estas estrellas se vertió mucha energía haciendo que se hincharan y crecieran más que las normales.
Los científicos de la Iniciativa de Órbitas del Centro Galáctico (GCOI) de la Universidad de California creen que un motivo podría ser que estos objetos G sean el resultado de fusiones en las que dos estrellas que se orbitan entre sí, conocidas como binarias, chocan debido a la influencia gravitatoria del agujero negro gigante.
«A raíz de tal fusión, el único objeto resultante estaría hinchado o ampliado durante un período de tiempo bastante largo, quizás un millón de años, antes de estabilizarse y parecer una estrella de tamaño normal», detalló Morris.
Fuente: EFE