Un hombre ha acuchillado a casi una veintena de personas, en su mayoría niñas, en Kawasaki al sur de Tokio.
Las pequeñas rondan entre 6 y 7 años de edad y se encontraban en una parada del autobús escolar cuando el atacante de 51 años arremetió contra ellas.
El incidente ocurrido en horas de la mañana dejó 2 muertos, una colegiala de 12 años y un hombre de 39 año, además de 16 heridos, han informado hasta el momento las autoridades locales.
Tras apuñalar a sus víctimas, el atacante se infligió lesiones en el cuello, según el relato de los testigos, y fue encontrado inconsciente cerca del lugar de los hechos, donde la policía también halló cuatro cuchillos supuestamente empleados en el ataque.
Se trataba de un residente de la ciudad cuya identidad no ha sido revelada, y quien falleció posteriormente en un hospital local donde había sido trasladado para recibir tratamiento médico bajo custodia policial.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe ha calificado el suceso como «muy doloroso» y exigió a las autoridades tomar medidas inmediatas para «garantizar la seguridad» de los alumnos de todo el país que, tienen la costumbre de desplazarse solos hacia los centros educativos.
El centro educativo, vinculado a la Hermanas de la Caridad de Quebec (Canadá), canceló todas las clases previstas para este martes al igual que otras escuelas cercanas, y ha convocado para las próximas horas una reunión con los padres de los alumnos.
Testigos aseguran que el criminal empuñaba cuchillos de cocina y gritaba «voy a matarlos» mientras se apróximaba a sus víctimas.
Aunque Japón cuenta con unas tasas de criminalidad y de homicidios de las más bajas del mundo, la tragedia acaecida el martes recuerda a otros ataques indiscriminados y sin motivos aparentes que dejaron múltiples víctimas en los últimos años.
En 2001, un hombre entró con un cuchillo en un colegio de Osaka (oeste) y mató a ocho alumnos e hirió a otras quince personas, y en 2008, un individuo atropelló y apuñaló a viandantes en el popular distrito tokiota de Akihabara, ocasionando siete muertos y una decena de heridos.
En 2016 se produjo uno de los incidentes más mortíferos en la historia reciente del país, cuando un extrabajador de un centro de discapacitados al suroeste de Tokio entró de noche en esas instalaciones y mató a puñaladas a 19 de los internos e hirió a otros veinte, con el objetivo de «salvar» a las víctimas, según declaró tras ser detenido.