Los $1,000 millones de donaciones prometidas para la restauración de la catedral de Notre Dame, que afloraron tras la emoción suscitada por el incendio, no han sido recibidos aún por las fundaciones gestoras de las colectas, así informó el ministro de Cultura, Frank Riester, de Francia este 16 de mayo.
«Es demasiado pronto para concluir que tenemos suficiente o demasiado dinero para la restauración. Puede que haya una diferencia entre las promesas de donación y el pago de los donativos», indicó Riester tras visitar hoy la catedral.
El responsable de Cultura reaccionó así a la decisión unilateral de la Fundación Patrimonio, una de las cuatro oficiales responsables de las colectas, que dio por finalizada la recaudación tras conseguir $244 millones.
«Es prematuro tomar una decisión semejante. Además, no tenemos todavía una cifra de lo que representarán las obras de restauración. Debemos permanecer movilizados, esta generosidad con las fundaciones debe continuar para garantizar que sean suficientes», agregó el ministro.
En este sentido, el Arzobispado de París destacó en un comunicado que la cifra no ha sido consolidada por ninguna fundación ni autoridad. «Aunque no se cuestionan las promesas de donaciones más importantes por mecenas de renombre que se ha comprometido públicamente, la mayor parte no ha sido aún concretada», insistió el Arzobispado.
Estas promesas incluyen también las sonadas donaciones de $100 millones de euros ($112 millones) y 200 millones de euros ($224 millones) de las familias Pinault y Arnault, propietarios de los conglomerados de lujo Kering y LVMH.
Además, el ministro recordó que las colectas de la Fundación de Francia, la Fundación Notre-Dame y el Centro de Monumentos Históricos están abiertas desde la noche del pasado 15 de abril.
Junto a Riester visitaron el dañado edificio medieval el deán de la catedral, Patrick Chauvet; el arquitecto jefe de la restauración, Philippe Villeneuve, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de visita en la capital francesa.
En paralelo, y aunque la Fiscalía de París no descarta ninguna hipótesis, la predominante es la del fuego accidental originado por un cortocircuito. Un pequeño robot, ayudado por un brazo de recuperación de elementos y una cámara de alta definición, busca indicios entre los restos carbonizados de la cubierta, que yacen aún en el suelo del transepto.
De momento, según el diario Le Figaro, no se han encontrado restos de hidrocarburos u otro tipo de aceleradores que pudieran dar pie a la tesis de un incendio provocado.
Unas gigantescas lonas protegen el edificio de las lluvias y se ha asegurado ya la preservación de las vidrieras y el órgano, como muestran las primeras imágenes en vídeo de su interior, difundidas por la cadena estadounidense ABC, al tiempo que arquitectos de medio mundo difunden sus propuestas de restauración en redes sociales.