La niña salvadoreña Laura Maradiaga, de 11 años, ya no será deportada a su país, porque el lunes por la noche un juez aceptó la moción de sus abogados para reabrir el caso y ahora la niña podrá continuar en Estados Unidos para iniciar su solicitud de asilo.
«La orden de deportación ha quedado a un lado. Voy a continuar con la petición de asilo para ella y su familia para que puedan tener la oportunidad de presentar su caso ante una corte», dijo su abogada Silvia Mintz
«Me reconforta que la corte haya rechazado la inhumana política de Trump de separar a niños de sus padres y reconociera que hubiera sido un error no darle la oportunidad a Laura de ir a una corte», agregó.
Laura y su familia llegaron a Estados Unidos el 5 de octubre de 2018. Fueron 17 días de huida de su país, donde miembros de la pandilla Barrio 18 asesinaron a varios de sus familiares por haber sido testigos de un homicidio. Ellas también fueron amenazadas.
La misma pandilla luego acosó a la hermana de Laura, Adamaris, de 15 años. Ella recibió el ultimátum de otro pandillero que le dijo que si no se convertía en su novia, su mamá sufriría las consecuencias.
El miedo la paralizó y ya no quiso volver a la escuela ni ir a la tienda o simplemente salir de la casa. Esa situación fue la que terminó de convencer a la madre, Dora, de que no estaban seguras en casa y que la violencia contra su familia era inminente. Entonces la mujer se dedicó a trabajar y a ahorrar algo dinero para dejarlo todo en El Salvador y comenzar una nueva vida en Estados Unidos.
«Ya sufrimos demasiado con las muertes de mi familia y de mi papá», dijo la niña desde su casa el pasado jueves.
Después de que llegaron a Estados Unidos, les asignaron su primera cita en la corte para el 2 de febrero, pero el gobierno seguía cerrado en medio de la disputa del presidente Donald Trump con los congresistas para que le aprobaran los fondos para el muro fronterizo. Llegó entonces una nueva cita para el 12 de marzo, pero solo para su madre y su hermana, y aún así las tres se presentaron. El citatorio de Laura no llegó. La única carta que recibieron dirigida a la niña era su orden de deportación.
i el juez no hubiera aceptado la moción, Laura seguiría bajo el riesgo de ser deportada sin su madre en cualquier momento a un país en el que no tiene familia más que su abuelo de 75 años y que no está en condiciones para hacerse cargo de ella.
«Esperamos que al final de todo podamos alcanzar el resultado que merece la familia y que puedan continuar juntos y a salvo», dijo César Espinosa, director ejecutivo de FIEL, una organización de defensa de los derechos de los inmigrantes y la que tomó el caso desde su inicio.
Con información de Univisión