La frase de «siempre se queda dormido después del sexo» figura en el top 5 de las quejas femeninas hacia los hombres más populares o más comunes, junto a otras referencias clásicas o tópicos como «se deja la tapa del inodoro abierta», «parece que se está muriendo cuando tiene un constipado» o «es incapaz de hacer dos cosas a la vez».
La cuestión sobre lo que nos sucede tras mantener sexo no es baladí. «¿Por qué nos dormimos después del sexo?», «¿Es una cuestión que afecta más a los hombres?», «¿Qué porcentaje de población registra estos fenómenos soporíferos después de la actividad sexual?» Estas son algunas de las preguntas que han formado parte del estudio que la firma Platanomelón.com ha llevado a cabo entre sus usuarios para poner negro sobre blanco sobre un tema que genera frustración y no pocas disputa de pareja.
Los expertos de la firma de artículos eróticos parten de la base que el mundo está polarizado. De un lado: los que después de una buena sesión de sexo experimentan esa profunda somnolencia que en pocos segundos deriva en un placentero sueño; y del otro, aquellos que se activan con unas enormes ganas de compartir secretitos, seguir con las caricias o engancharse a la serie favorita. ¿Consecuencias? «Si no compartes lecho con un igual, la disputa está servida», comentan.
Sobre los motivos por los que sucede una cosa u otra, María Hernando, del equipo de sexólogas de la firma, añade una información que quizá es poco conocida: «Un dato importante para que las parejas dejen de discutir es que la culpa de todo la tienen las hormonas», afirma.
«La oxitocina, también conocida como la hormona del amor, se libera en grandes cantidades en sangre tras mantener relaciones sexuales. Pero esto no afecta de igual manera a los dos sexos. En los hombres generalmente provoca somnolencia, mientras que en las mujeres tiende a producir ciertas ganas de actividad, como abrazar, conversar o disfrutar de manera activa de la intimidad con la otra persona», razona.
Los datos de la encuesta avalan la explicación de Hernando: el 66% de los hombres encuestados confiesa que se duerme, mientras que este porcentaje baja al 55% en el caso de las mujeres.
¿Qué nos gustaría que pasase?
Ante esta pregunta, el 67% de las mujeres desearían seguir despiertas después del sexo para poder charlar o dedicarle caricias a su pareja, mientras que la cifra disminuye hasta el 48% en el caso de los hombres.
Y aquí, de nuevo la respuesta está en las hormonas. «Durante el orgasmo masculino, el cerebro libera varias hormonas (oxitocina, serotonina, prolactina…) que son las que provocan un estado de somnolencia más pronunciado en los hombres», explica esta experta.
Además de la información relacionada con lo que hacen los amantes después del sexo, el estudio revela otro dato curioso: hasta un 26% de los participantes confiesa abiertamente haberse quedado dormido o bien conocer de alguien que se ha quedado dormido «durante» la sesión. Lo que no aclaraban en la encuesta es si fue por cansancio, desgana, aburrimiento o por falta de destreza.
Tampoco conocemos qué explicación les dieron a sus parejas. En cualquier caso, ante la duda, ahora ya sabemos. La culpa, como dice la experta, es de las hormonas.