En el 2000, Miguel Varoni (de 54 años) fue Pedro Coral Tavera, más conocido como «Pedro, el escamoso», una telenovela colombiana que batió récords de audiencias.
Luego de ese suceso, la cadena de televisión Telemundo lo contrató como actor exclusivo. Hoy sigue en esa empresa del entretenimiento y es vicepresidente y el director creativo de Telemundo Global Studios.
Nació en la Argentina, y luego de la muerte de su padre, su mamá, Teresa Gutiérrez, una prestigiosa actriz colombiana, regresó con toda su familia a su tierra natal.
Allí comenzó su carrera como actor, con todos los prejuicios de ser el hijo de…
Todos sus personajes son distintos, con una impronta y personalidad que los hacen memorables. De la comedia al drama sin escala, Varoni es un jugador de toda la cancha. «Las Juanas», «El otro lado de la casa», «Dueños del Paraíso» y «El señor de los cielos» fueron algunos de sus trabajos más exitosos.
Abocado ahora exclusivamente a la dirección, el actor habló con Infobae en Miami. Dice que ni él sabe qué va a pasar con la industria del showbusiness «pero mientras tanto, hay que seguir produciendo para todas las plataformas y contar historias».
— ¿Qué es lo primero en que pensás cuando te levantás?
— Ahora en mi esposa que está en Colombia.
— Naciste en la Argentina, te criaste en Colombia, y ahora estas trabajando en Miami ¿Cómo fue ese proceso?
— Nací en la Argentina porque mi madre era colombiana. Ella se enamoró de un músico argentino, que fue mi padre y partió hacia allá con él…
— ¡Amor, y no de telenovela!
— Sí, amor total. Allí me tuvo a mí, a mi hermano y a mi hermana. Después, mi papá murió cuando yo tenía cuatro meses. No lo conocí. Mi mamá esperó hasta que yo cumpliera los cinco años para regresar a Colombia. Allá hice mi primaria, la secundaria y me incliné por la actuación.
— ¿Cuándo te diste cuenta que lo tuyo era la actuación?
— Mi mamá era la actriz, Teresa Gutiérrez, muy importante en Colombia. Una mujer muy consagrada, fundadora de la televisión colombiana.
— ¿Comenzaste con ventajas?
— Sí, un poco acomodado. Empecé siendo como «el niño» de la televisión y después como adolescente… Siempre estuve cerca de los estudios.
—¿Cómo fue el paso de actor a director?
— La dirección vino después por mi amor hacia la puesta en escena, las cámaras, los lentes, el cine: hacia todo lo que es contar una historia. A raíz de ese amor tuve la necesidad de estudiar dirección de cine y televisión en España. Después empecé a dirigir en Colombia, hasta que llegó «Pedro, el escamoso», que fue todo un suceso.
—¿Cómo llegaste a trabajar en los Estados Unidos?
— En el 2003 Telemundo pasó la novela «Pedro, el escamoso» y ahí nació una relación con la empresa que aun continua. Primero entré como actor exclusivo; después en el 2006, cambié mi contrato a director creativo de Telemundo, y hoy soy vicepresidente y director creativo de Telemundo Global Estudios.
— ¿Con qué personaje sentís que te consolidaste como actor?
— Creo que todavía no llegó. Recuerdo un trabajo que me gustó mucho, «La casa de al lado». Mi personaje era Victor Rios, un hombre muy conflictuado, de raíz podrida, homofóbico absoluto, y Dios lo castiga y se enamora de un travesti operado. El no sabía que era travesti y cuando este personaje se da cuenta de esa situación, lo que pasa fue muy interesante interpretarlo.
—¿Cómo te manejás a la hora de crear los personajes?
— Tanto con «Víctor» como con «Pedro», fueron personajes de un largo proceso de desarrollo, y cuando se estacionaron en mi mente y en mi corazón, las cosas que empezaron a pasar me cambiaron la vida. Los personajes me influyen mucho.
— ¿Cómo te influyen?
— El actor se salva de ir al psiquiatra. Actuar tiene una locura muy especial que le da la posibilidad de no ir tanto al analista. Pedro, me enseñó mucho de la humildad y del buen trato…
— ¿Además de tus personajes, que otras cosas te cambian?
— Mi esposa Catherine Siachoque con la que estoy casado hace veintitrés años.