El Gobierno del presidente Bernardo Arévalo suma un nuevo episodio de inestabilidad con la renuncia de Miguel Ángel Díaz Bobadilla, ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), quien dejará oficialmente el cargo este viernes 28 de noviembre. La dimisión del funcionario se produce en medio de cuestionamientos por la baja ejecución presupuestaria, la ausencia de avances en infraestructura vial y la controversia generada tras la destitución del director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (INSIVUMEH).
Díaz Bobadilla se convierte así en el cuarto funcionario en abandonar el CIV durante esta administración. Antes de él dejaron el cargo la exministra Jazmín de la Vega, hoy aspirante a la alcaldía capitalina por el partido Viva; el médico Félix Alvarado, quien renunció antes de asumir; y la arquitecta Paola Constantino. La constante rotación posiciona al CIV como uno de los ministerios más frágiles del Ejecutivo.
El CIV es además uno de los despachos con mayor presión política y mediática: administra uno de los presupuestos más altos del Estado, pero mantiene una de las ejecuciones más bajas. Para 2026, el Congreso aprobó Q7,140 millones de quetzales ($930 millones de dólares aproximadamente) para el ministerio, mientras que los Consejos de Desarrollo recibirán Q6,300 millones ($ 822 millones de dólares) destinados a proyectos de infraestructura.
Pese a la magnitud del presupuesto, los avances no han acompañado a la administración. Al cierre de noviembre, el CIV reporta una ejecución de Q3,771 millones ($492 millones de dólares), equivalente al 47.7% del presupuesto vigente, cifra que alimenta las críticas por el desempeño del ministerio.
Díaz Bobadilla asumió el cargo en medio de cuestionamientos y deja la institución con varios temas pendientes, entre ellos las repercusiones por la destitución del director del INSIVUMEH. Su sucesor deberá enfrentar no solo la presión pública y política, sino también la responsabilidad de revertir los indicadores de ejecución y recuperar la confianza en uno de los ministerios clave del país.
Analistas señalan que la sucesión de renuncias en un ministerio clave, con presupuestos elevados y resultados limitados, puede afectar la confianza ciudadana y la capacidad del Ejecutivo para impulsar su agenda de infraestructura y desarrollo, especialmente cuando se acercan elecciones locales y proyectos estratégicos que dependen de la ejecución eficiente del CIV.












