Tras el retorno de pescadores del lago de Suchitoto para retomar con normalidad sus faenas diarias, los turistas también han vuelto a recorrer con confianza las aguas y paisajes del lago de Suchitlán, el cuerpo de agua más grande de El Salvador, con 135 millones de metros cuadrados, casi cinco veces más extenso que el lago de Coatepeque.
Este renovado dinamismo turístico y productivo ha sido posible gracias a la amplia campaña de limpieza impulsada por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, que logró en pocos meses controlar la proliferación de lechuga acuática que había afectado el ecosistema, la pesca artesanal y la llegada de visitantes.
De acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas, la batalla contra la vegetación invasora se realizó con éxito debido al trabajo interinstitucional para el retiro de miles de toneladas de plantas que cubrían grandes extensiones del embalse.
La recuperación del lago ha generado un impacto inmediato en la economía local: la pesca artesanal se desarrolla sin contratiempos, mientras que los turistas han comenzado a regresar para disfrutar de recorridos en lancha, actividades recreativas, observación de fauna y el entorno natural que caracteriza a este destino de la zona central del país.
Habitantes, lancheros y pescadores aseguran que el lago Suchitlán está retomando su papel como motor económico de la zona, impulsado ahora tanto por la actividad turística como por la productividad agrícola y pesquera que dependen directamente de su salud y conservación.













