El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, inició un cambio en la política de seguridad de su país al inaugurar oficialmente la nueva cárcel de máxima seguridad “El Encuentro” y ordenar el traslado de los primeros 79 reos considerados de alta peligrosidad. La prisión está ubicada en la provincia de Santa Elena y se convierte en el emblema de su estrategia para recuperar el control del sistema penitenciario, golpeado durante años por la violencia de las bandas criminales.
Noboa afirmó durante la inauguración: “Ya empezaron con la quejadera”, en respuesta a las críticas por el traslado de internos, dejando claro que su Gobierno no retrocederá ante el crimen organizado. Su mensaje refleja la decisión de replicar el modelo implementado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele.
“El Encuentro” fue construido con una inversión cercana a los $50 millones de dólares y está diseñada para albergar a alrededor de 1,000 internos bajo un estricto régimen de máxima seguridad. Entre sus características destacan sistemas de videovigilancia e inteligencia artificial, seis torres de vigilancia con tecnología de punta y un completo aislamiento de los reclusos, quienes no tendrán acceso a ningún tipo de comunicación externa.
La medida forma parte de un plan nacional para desarticular las estructuras criminales que operaban desde los penales tradicionales.
De acuerdo con la información oficial, la cárcel “El Encuentro” ocupa un terreno de 37 hectáreas y cuenta con murallas de nueve metros de altura, cámaras térmicas, bloqueadores de señal y vigilancia automatizada. Su diseño fue inspirado directamente en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador, considerado por las autoridades ecuatorianas como un ejemplo de control penitenciario y reducción de criminalidad.
Medios internacionales y analistas coinciden en que Ecuador está adoptando el “modelo Bukele” como respuesta a la crisis penitenciaria y al auge del crimen organizado.






