Desde el 1 de octubre, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) implementa la segunda veda anual del camarón marino, una medida clave para proteger la reproducción natural de esta especie y asegurar la sostenibilidad del recurso pesquero en el país. La disposición, impulsada por el Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (CENDEPESCA), forma parte del Plan de Ordenamiento Pesquero para la Recuperación del Recurso Camarón Marino.
De acuerdo con el artículo 10 de la Ley General de Ordenación y Promoción de Pesca y Acuicultura y el artículo 99 de su reglamento, CENDEPESCA tiene la facultad de determinar los periodos y la duración de las vedas. En este caso, la restricción se extenderá por 45 días calendario, finalizando el 14 de noviembre a las 11:59 de la noche.

El objetivo principal de la veda es proteger las etapas biológicas más importantes del camarón, como la reproducción, el desove, el crecimiento y el desarrollo, contribuyendo así a la regeneración natural del recurso y al equilibrio ecológico marino.
Durante este período, queda prohibida la pesca de camarón marino por cualquier método o escala de extracción. Sin embargo, se permite la pesca artesanal de otros recursos como peces, moluscos y crustáceos. Además, toda la flota industrial de arrastre deberá permanecer concentrada en los puertos autorizados, como medida de control y cumplimiento.

Los comercializadores, tanto personas naturales como jurídicas, están obligados a reportar a CENDEPESCA sus formularios de control de inventario, mientras que las importaciones deberán demostrar el cumplimiento de las normas nacionales e internacionales que garanticen que el producto no proviene de zonas en veda.
Para verificar el cumplimiento de la disposición, técnicos de CENDEPESCA, personal de la Dirección General de Ganadería y autoridades auxiliares realizan inspecciones en embarcaciones, plantas procesadoras, mercados, supermercados, hoteles, restaurantes y medios de transporte.
Con estas acciones, el MAG reafirma su compromiso con la protección del ecosistema marino y la sostenibilidad de la actividad pesquera, garantizando que las futuras generaciones puedan continuar beneficiándose del camarón marino salvadoreño.
