Andrés Iniesta fue el protagonista deSalvadoseste domingo 25 de noviembre. En uno de los momentos más destacados de la entrevista, Jordi Évole le pregunta por la depresión que sufrió en 2009, después de ganar la Champions League, la Liga y la Copa con el Barça.
El exjugador del Barça, desde este verano en el Vissel Kobe de Japón, explica que empezó a encontrarse mal después de los éxitos que consiguió con su equipo en la temporada 2008-09: «A mí me viene todo después de ganar el triplete con el Barça, ese verano. Es decir, ganas el triplete, metes el gol del Chelsea, ganas la Champions, ganas los tres títulos, un año increíble…».
Iniesta asegura que a las malas sensaciones posteriores a esos éxitos deportivos se sumó otro factor, la muerte de su amigo Dani Jarque, al que casi un año después dedicó el gol que marcó en la final del Mundial de Sudáfrica.
«Me acuerdo que vinimos de esa pretemporada y una tarde estaba en casa. Me encontraba muy mal. Llamé al médico. O hacemos algo o yo que sé qué va a pasar. Esa misma tarde bajamos a la ciudad deportiva y le dije que necesitaba ayuda, algo, porque si no no salgo de esta situación», comenta.
«Estaba deseando que llegara la noche para poder tomarme una pastilla y descansar ¿A las personas qué nos mueve? La ilusión, los sentimientos, las ganas… Pero en una situación así no tienes nada», añade.
En redes sociales, muchas personas indicaron que la descripción de la depresión que hizo Iniesta fue muy acertada. Otros aplaudieron que hablase tan claramente de este trastorno en televisión, en horario de máxima audiencia.
El futbolista de 34 años también habló sobre su marcha a Japón: «Ojalá hubiera podido jugar toda mi vida en el Barça, pero no estaba para dar mi 100% al equipo».
También recordó la fuerte rivalidad Real Madrid-Barcelona en la época en la que el portugués José Mourinho entrenaba al equipo blanco. «Mourinho fue el componente clave en la mala relación que hubo en aquella época entre Barça y Madrid», dijo.
«Quien no lo quiera ver es que traspasa los límites de la radicalidad. Aquello hizo mucho daño a la selección, a los compañeros. Era surrealista. No veías la rivalidad de siempre, veías odio. Se cultivaba ese ambiente y era insoportable», concluyó.
"Deseaba que llegara la noche para tomarme una pastilla y descansar"
Aquel año lo ganó todo. Aquel año Andrés Iniesta pasó una dura depresión. Así se sincera #IniestaEnSalvados: pic.twitter.com/S7OHznxGBy— Salvados (@salvadostv) November 25, 2018
La importancia de que los famosos hablen de depresión
La Organización Mundial de la Salud aseguraba en 2017 que más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad. Según un estudio publicado por la Sociedad Internacional de trastornos afectivos, más del 10% de la población adulta en España los ha sufrido.
No es la primera vez que Iniesta habla en en televisión sobre sus problemas psicológicos: en junio lo contó enEl Hormigueroy en mayo en elChester de Risto Mejide. También habló de ello enEl País Semanal, donde animó a acudir al psiquiatra o al psicólogo: «Para eso están, ¿no? Para ayudar cuando los necesitas. Supongo que es porque no lo quieres ver. Yo llegué a un momento que necesitaba ayuda y la tuve; hubo días en que veía que no salía, que me hundía en mi propia persona. Y tuve gente que me ayudó, gente muy valiosa».
Gestos como el de Iniesta son clave para visibilizar este tipo de trastornos, normalizando que hay que buscar ayuda para solucionarlos. “Que alguien famoso reconozca que va al psicólogo es muy importante, porque son modelos de conducta y la gente los admira. Este gesto contribuye a la normalización de las emociones y a animar a más personas con problemas a tratarse”, explicaba aVerneIria Mato, psicóloga del Colegio Oficial de Galicia, en octubre de 2016. Entonces, todos los exconcursante de la primera edición de Operación Triunfo revelaron que habían necesitado ayuda psicológica al terminar el programa.
¡¡¡ Sencillez inmaginable !!!
Muy importantes sus declaraciones. Todavía hay muchos que creen que la depresión se cura haciendo deporte. Historias como la de él y la de Michael Phelps nos demuestran que no es así.