El principal tormento del PSG en verano, cuando se consumó la salida de Kylian Mbappé, fue encontrar la fórmula para suplir al máximo goleador de la historia del club. Para Luis Enrique, recién renovado hasta 2027, no existían dudas: el colectivo iba a subsanar su ausencia a lo largo de la temporada. “Teníamos a un jugador que marcaba un montón de goles y ahora nos centramos en lo colectivo para sustituirle”, dijo en agosto el técnico asturiano.
Dichas declaraciones, interpretadas como osadas por un sector de la prensa francesa, porque, a su juicio, el club debía fichar a una estrella, han terminado dándole la razón a Luis Enrique. El PSG ha sabido reponerse con creces a la baja de Kylian Mbappé y sus números, estratosféricos, no se resienten en cuanto a goles se refiere. El PSG es líder incontestable de la Ligue 1, en la Champions ha revertido una situación límite y en Francia ya no se hace alusión al capitán de la selección francesa para explicar algunos baches, ínfimos, del equipo.
Lo colectivo por encima de todo, Ousmane Dembélé como estrella, acumulando 21 goles entre todas las competiciones, récord en su carrera, un compendio de jugadores que llega continuamente al área rival, Luis Enrique ha forjado un equipo de autor que ha sabido reemplazar, impertérrito, sin titubeos, el vacío que dejó Mbappé en verano. Desde diciembre, en el momento más complicado de la temporada, el PSG es uno de los equipos más prolíficos de Europa, acumulando 2,75 goles por partido, números que arrojan un potencial ofensivo a raudales que le han catapultado a pelear por todos los títulos.
Desde el triunfo contra el Salzburgo, el 10 de diciembre, el partido que cambió la dinámica del PSG en los meses venideros, los parisinos rozan los 3 goles por partido, mientras que en el mismo período del curso pasado, con Mbappé en la plantilla, acumuló 2,10 goles por encuentro. Luis Enrique, como ya reiteró desde comienzos del año pasado, cuando ya estaba confirmada su salida, ha potenciado el colectivo y ha dotado a la plantilla de múltiples variantes para no notar en exceso un vacío que, en su día, se auguraba como insoluble. En Champions, las estadísticas son ligeramente superiores, con un ratio de 1,75 goles por partido, por 1,5 con Mbappé en la plantilla.
El PSG ha marcado 80 goles entre todas las competiciones, números protuberantes, repartidos en 16 jugadores de la plantilla. Nueve futbolistas, además, se han repartido 67 tantos entre todas las competiciones: Dembélé (21), Bradley Barcola (15), Gonçalo Ramos (8), Kang-in Lee (6), Désiré Doué (4), Warren Zaïre-Emery (3), Vitinha (3), Joao Neves (3) y Achraf Hakimi (3). El año pasado, el caudal ofensivo estaba supeditado al talento de Mbappé, para el que jugaba el equipo, mientras que ahora, el colectivo se ha impuesto por encima de todo.
En términos contables, el PSG no echa de menos tampoco a Kylian Mbappé. Los parisinos, en 21 jornadas, suman 53 puntos, mientras que, a estas alturas, el año pasado tenían 51 puntos en la liga francesa. A nivel nacional, si bien es cierto que la superioridad es holgada, manifiesta, incontestable, se barruntó en Francia que sin la presencia del crack de Bondy, el campeonato iba a ser más igualado. Pero la realidad es que el conjunto parisino es un trasatlántico al que nadie puede ni siquiera intimidar, al menos hasta ahora.