Hace dos años, bajo el liderazgo del Presidente Nayib Bukele, El Salvador dio un paso en su lucha contra el crimen organizado al poner en marcha el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una de las cárceles más grandes y seguras del mundo, según versiones oficiales.
Este megaproyecto, no solo ha cambiado el panorama penitenciario del país, sino que también ha marcado un antes y un después en la guerra contra las pandillas que durante décadas sembraron el terror en todo el territorio salvadoreño.
El CECOT alberga actualmente a unos 18 mil pandilleros que durante años infundieron miedo y violencia en la población. Con su arquitectura diseñada para maximizar la seguridad y minimizar los riesgos de fuga o confrontaciones, la megacárcel se ha convertido en un símbolo del esfuerzo del Gobierno para erradicar la actividad criminal en el país.
Los pandilleros más peligrosos, aquellos que han cometido los crímenes más atroces a lo largo de los años, han sido trasladados a este centro de alta seguridad, donde están pagando por los daños causados a las familias y comunidades salvadoreñas.
Este centro no solo está diseñado para resguardar a los reos, sino también para dar un mensaje claro: en El Salvador, los criminales ya no tienen espacio ni impunidad.
El CECOT se ha convertido en un pilar en la lucha contra las pandillas, representando la determinación del país para poner fin a la violencia que ha marcado su historia reciente.
Actualmente, la megacárcel tiene bajo confinamiento a un estimado de 18,000 delincuentes de pandillas, muchos de los cuales son catalogados de alta jerarquía, como jefes de clicas, palabreros, corredores de programas, gatilleros (sicarios) y hasta fundadores de estos grupos delincuenciales que participaron y ordenaron miles de asesinatos, desaparición de personas, extorsiones y la expulsión de familias enteras de sus lugares de residencia.
La construcción de este centro penitenciario fue impulsada por el presidente Bukele, y su presupuesto fue aprobado por la Asamblea Legislativa en 2022. El tiempo de construcción de la obra es un hito, al haber sido completada en 7 meses. Las empresas contratistas fueron las salvadoreñas OMNI y DISA, y la mexicana Contratista General de América Latina S.A. de C.V.
El CECOT tiene una extensión de 116 hectáreas de terreno, de las cuales 23 pertenecen a edificios de la prisión y cuenta con 19 torres de vigilancia. Cuenta además, con pabellones de confinamiento de reos, reflectores de alta luminosidad, cámaras térmicas y cuatro anillos de seguridad que constan de muros perimetrales de concreto de 2.1 km de largo y cercas electrificadas con cargas de 15 000 voltios.