Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, 1943), conocido artísticamente como Raphael, cree haber llegado al límite con el “experimento” de Resinphónico, un híbrido entre la música orquestal y la electrónica que le ha permitido revistar sus mayores éxitos (Mi gran noche, Yo soy aquel, Volveré a nacer), como si los descubriera por primera vez.
Y como si recurriera al patrimonio de su carrera -la alianza con Manuel Alejandro- para proyectarse en el futuro en un nuevo estímulo a su proceso evolutivo.
“Y enfatizo la evolución porque yo no cambio, evoluciono. Necesito reinventarme. Y este disco ha sido sin duda el más extremo. No sé qué haré después de haber llegado tan lejos en mi música y mi carrera.
Tengo la impresión de haber llegado más que nunca al extremo”.