El rapero, de 55 años, está a la espera de juicio en una de las cárceles más duras de Nueva York por cargos que incluyen tráfico sexual y crimen organizado. Desde su encarcelamiento en el pasado mes de septiembre se han revelado detalles de cómo el artista supuestamente drogaba y agredía sexualmente a sus víctimas en orgías llenas de drogas llamadas «Freak Offs».
Su antiguo empleado, Phillip Pines, ha alegado ahora en una demanda presentada justo antes de Navidad que el fundador de Bad Boy Records le pidió que se asegurara de que el dormitorio o las habitaciones de hotel estuvieran provistos de «luces rojas, cubiteras, alcohol, porros de marihuana, paquetes de miel para la libido masculina, aceite para bebés, Astro glide, toallas, drogas ilegales» y «máquinas sexuales».
Phillip añadió que se esperaba de él que estuviera «de guardia» para las llamadas «Wild King Nights», que al parecer podían durar días.
Dice que en varias ocasiones le pidieron que llevara juguetes sexuales y drogas adicionales a las fiestas, tras lo cual afirma que le ordenaron que retirara las pruebas de drogas, preservativos, juguetes sexuales y fluidos corporales de sábanas y muebles.
Phillip añadió que también le dijeron que borrara cualquier video incriminatorio de los dispositivos personales de Combs, incluidos ordenadores portátiles y teléfonos, que se asegurara de que nadie hablara después sobre los eventos y que diera grandes propinas a los equipos de limpieza de los hoteles para «evitar que la limpieza de la casa hablara de cualquier cosa que luego se facturara».
Asegura que trabajó para Combs entre 2019 y 2021 y que el rapero le trataba como «un animal jugando a buscar» para «demostrar su lealtad».
La denuncia dice: «Phillip recibió instrucciones de mostrar su lealtad a Sean Combs. Si él se negaba, se le dijo que sería despedido y que sería expulsado de la industria, junto con repercusiones».
El equipo legal de Combs informó a la revista PEOPLE sobre la última demanda contra el rapero: «No importa cuántas demandas se presenten, no cambiará el hecho de que el Sr. Combs nunca ha agredido sexualmente o traficado sexualmente con nadie – hombre o mujer, adulto o menor. Vivimos en un mundo en el que cualquiera puede presentar una demanda por cualquier motivo. Afortunadamente, existe un proceso judicial justo e imparcial para encontrar la verdad, y el Sr. Combs confía en que prevalecerá en los tribunales».
