Kylian Mbappé no está cumpliendo con las expectativas, aunque no fue el primero. El astro francés, la estrella que llegó a Chamartín dispuesto a batir todos los récords posibles, a conseguir todos los títulos que estuvieran a su alcance, no ha sido capaz de brillar ni con luz propia ni aupado por sus compañeros. Las expectativas en torno a Mbappé eran altas, llegaba como estrella con nombre propio y, sin embargo, todavía no ha sido capaz de demostrar por qué el Real Madrid mostró ese empeño en ficharle. Durante años, Florentino Pérez estuvo tratando de convencer al delantero francés de que se vistiera de blanco, pero él se resistía. Ahora que ya es miembro del vestuario de Carlo Ancelotti, no ha demostrado estar a la altura del templo blanco, al menos, hasta la fecha. Un problema que ya ocurrió en el pasado.
Ser una estrella a nivel mundial y no vestir la camiseta del Real Madrid significa que Florentino Pérez tiene a ese jugador en el radar. Y puede que antes o después acabe vistiendo la camiseta blanca. Eso fue lo que le pasó a Fabio Cannavaro. Corría el año 2006, el defensor italiano acababa de ganar el Mundial de Alemania y había recibido el Balón de Oro, es decir, por entonces era el mejor jugador del mundo y los recientes títulos lo confirmaban. Unos hechos que hicieron que Fabio Capello, entonces técnico blanco, lo pusiera en su lista de peticiones. Florentino empezó a mover los hilos para cerrar un acuerdo con la Juventus y lo consiguió.
Fabio Cannavaro ya era parte de uno de los mejores clubes del mundo. ¿El problema? Las expectativas puestas en el italiano eran altas. Llegaba al Real Madrid como el mejor defensor a nivel internacional y campeón del mundo. Aterrizó en Chamartín como una estrella, pero poco a poco durante los tres años que permaneció en la capital española se fue apagando poco a poco. Durante ese periodo tan solo ganó dos Ligas y una Supercopa de España. Ya sea porque el fútbol italiano es diferente al español, porque estaba lejos de casa o por qué, pero lo cierto es que no cumplió con lo que se esperaba de él.
Illarramendi, lejos de su mejor versión
Durante el año 2013, el Real Madrid hizo oficial su fichaje por Asier Illarramendi. Llegaba al club blanco para sustituir a Xabi Alonso, que emprendía un camino hacia el Bayern de Munich en el que buscar nuevos retos. Illarramendi llevaba varios años destacando en las filas de la Real Sociedad. Tal fue su actuación, que consiguió llamar la atención de Florentino Pérez y los ojeadores posaron su foco en él. El movimiento se hizo oficial en verano de 2013, “el nuevo Xabi Alonso” llegaba a Chamartín para coger la batuta que su compatriota dejaba.
Se esperaban grandes cosas del jugador, pero la presión fue demasiado alta y no pudo estar a la altura. “Hasta que salí al Madrid nunca había salido de mi entorno y me afectó un poco. Me costó adaptarme un poquito al Madrid. A la ciudad quizá menos, pero al principio sí me sentía más ahogado en la ciudad. En el Madrid tienes más presión, cuando empecé no me salieron buenos partidos, vas perdiendo confianza y sentí algo dentro de mí que no había sentido hasta entonces”, aseguró en una entrevista años después. Y reconoció: “Al final me jode a mí también no haber mostrado mi mejor versión allí”.
Kaká, una estrella sin brillo en Chamartín
En 2009, Florentino anunciaba el fichaje de una nueva estrella. Un jugador con nombre y apellidos aterrizaba en uno de los mejores clubes. Kaká fue recibido con los brazos abiertos por los aficionados que acudieron al templo para dar la bienvenida a su nuevo jugador. Milán siempre había sido reticente a escuchar ofertas por sus jugadores, tenían que ser los propios futbolistas quienes pidieran su venta públicamente. Shevchenko fue el primero en hacerlo y, tras ello, el club italiano decidió cambiar su modus operandi.
Recibieron una oferta del Manchester City por Kaká y fue el propio jugador quien la rechazó, pero avisó: “Cuando el Milán me abre la puerta, yo ya me digo que si salgo es para jugar en el Real Madrid, que es el único sitio por el que dejaría el Milán. Cuando acaba la temporada, Florentino llama a Galliani y le pregunta que si le vende a Kaká y como ya habían abierto la puerta para el City en enero… Luego llamaron a mi padre y yo le dije que sí, claro. Jugar en el Madrid era mi voluntad”.
A partir de ese momento, el meteórico ascenso del jugador se paró y comenzó su caída a los infiernos. El brasileño, que llevaba años brillando en Italia, no era capaz de dar su mejor versión con la camiseta blanca. Nunca cumplió con las expectativas ni mostró su mejor versión. Un hecho que reconoció en una entrevista con Marca: “Me quedo con el día que se concretó que me iba, porque hablé con Florentino y me dijo que me veían como un grandísimo profesional que había hecho todo lo posible por lograr grandes resultados en el Madrid, pero las lesiones y los pocos minutos que me dio el entrenador no lo permitieron. Eso fue una gran satisfacción porque sentí que tenía abiertas las puertas del club”. Fue por ello que nunca ha tenido malas palabras hacia el club blanco, aunque se encuentra en la lista de peores fichajes del Real Madrid.
Eden Hazard
El ejemplo más reciente de jugadores que llegaron como estrellas y acabaron marchándose por la puerta de atrás es Eden Hazard. El belga se había convertido en toda una estrella del Chelsea y de la Premier League, aunque siempre tuvo claro que quería jugar en el Real Madrid. Su actuación sobre el verde no tardó en despertar el interés de diversos clubes internacionales, como el equipo blanco. En ese momento, con una oferta del club de sus sueños sobre la mesa, lo tuvo claro. Sin embargo, una vez allí, como ya le había pasado a otros en el pasado, la presión pudo con él y las lesiones no le dieron tregua.
“Ahora es fácil decirlo. Desde pequeño he sido fan de Zidane. Estaba Zidane, así que me encantaba el Real Madrid. El Bernabéu, la camiseta blanca… tiene un encanto que los demás no tienen. El Real Madrid es especial”, confesó tiempo después el ya exjugador. “No soy yo. Es el club que es un poco fanfarrón, y yo no soy así. Incluso la forma de jugar no me gustaba, si la comparas con otros clubes. Pero era mi sueño. No podía terminar mi carrera sin venir aquí. Esto demuestra que el Madrid es más grande que cualquier otra cosa. Es complicado jugar allí”, aseguró.
Aunque también hizo autocrítica: “Quizá necesitaba entrenar más. También tuve las lesiones equivocadas en los momentos equivocados. La operación, la placa, el encierro. Vuelvo, me duele, me fuerzo. Llega Ancelotti. Buena preparación, juego bien. Pero mi cuerpo, el dolor, las lesiones…”. Y continúa: “Perdí mi sitio, luego mi confianza, luego mis ganas. Pasé de ser duro contra tipos que me arrancaban la rodilla, a levantarme de la cama, lesionado. Me hubiera gustado entender por qué, pero no podía”. Ahora Kylian Mbappé empieza a precipitarse hacia este grupo. Tan solo lleva cuatro meses en el Real Madrid, pero los datos no le acompañan. El delantero francés no ha sido capaz de cumplir con las expectativas. Todavía resta temporada por delante para revertir la situación, pero lo cierto es que, ni siquiera la situación que atraviesa el club propician que se dé ese escenario.