El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, arremetió el miércoles contra la política de seguridad del gobierno mexicano que, según dijo, no funcionó, y criticó que el presidente anterior rechazara millones de dólares en ayuda de seguridad por motivos ideológicos.
Además, enfatizó que negar la realidad y decir que no pasa nada no soluciona el problema.
«La estrategia de ‘abrazos, no balazos’ no funcionó», afirmó Salazar, en referencia al lema del exmandatario Andrés Manuel López Obrador. Salazar mantuvo una relación cordial con él hasta hace unos meses, cuando la situación se tensó.
Zambada dijo que había sido secuestrado por Guzmán López, que se entregó a las autoridades estadounidenses. México abrió una investigación, molesto por la falta de detalles desde Washington, al que indirectamente culpa de la violencia desatada.
Salazar señaló que fue entonces cuando se paralizó la cooperación. «Ahí completamente se cerraron las puertas del gobierno de México. Nunca, nunca las del gobierno de los Estados Unidos», declaró.
Pero agregó que las relaciones ya presentaban problemas previamente.
«Desafortunadamente esa coordinación ha fallado en el último año, en gran parte porque el presidente anterior no quiso recibir el apoyo de los Estados Unidos, cerró la puerta a inversiones» de más de 32 millones de dólares porque «no quería que la inversión llegara a México para ayudar en la seguridad del pueblo mexicano», denunció.
El diplomático no aclaró qué tipo de ayuda era, pero dijo que sigue detenida y «eso no es un buen ejemplo de cómo se tiene que trabajar».
Durante su gobierno, López Obrador recortó los fondos para las fuerzas policiales y dio al Ejército, la Armada y la militarizada Guardia Nacional las principales labores de seguridad. Además, rechazó apoyos estadounidenses en equipo militar y entrenamiento para las fuerzas de seguridad.
El embajador aseguró que, para que el plan de Sheinbaum tenga éxito, «no se puede quedar en las explicaciones del pasado» de rechazar apoyos «por problemas ideológicos», sino que debe trabajar para mejorar las relaciones con Estados Unidos y confrontar la realidad con «la verdad» y con dinero para programas de seguridad, en lugar de aplicar la «austeridad republicana».
«Lo que espanta a uno (es que) no va a haber la inversión que se requiere», lamentó el embajador. Y «no se le puede pagar a un policía casi nada y esperar que va a hacer su trabajo».
El mismo miércoles, el Senado aprobó una reforma constitucional que da a la Secretaría de Seguridad y a la Guardia Nacional nuevas atribuciones en temas de investigación. La iniciativa, que pasará ahora al Congreso, fue avalada por unanimidad de todos los partidos, pero los expertos advierten que, para que sea eficaz, necesitará controles ciudadanos y dinero.
Salazar también hizo notar que para reducir la inseguridad es necesario «un sistema de justicia que de verdad trabaje» y «tener investigaciones buenas, que no se hable sólo de cero impunidad, sino que de veras se llegue a la verdad».
Estados Unidos ha criticado con dureza la reciente reforma al Poder Judicial en México, que a su juicio deteriorará la democracia.
No obstante, compartió la apuesta de la presidenta de seguir incidiendo en la prevención de las causas con programas sociales, de la misma forma en que lo hizo López Obrador.