Los crímenes fueron perpetrados entre los años 2014 y 2018 en la colonia Santa Emilia, en el distrito de Uluazapa, y en la zona norte de San Miguel. A los imputados se les atribuyen seis homicidios agravados, 11 extorsiones agravadas, 19 casos de delitos relacionados a la droga, y nueve casos de proposición y conspiración para cometer el delito de homicidio agravado, así como organizaciones terroristas.
El Tribunal Segundo contra el Crimen Organizado «B» de San Miguel dictó la pena más alta, de 502 años de prisión, a Alex Eliú Romero, por organizaciones terroristas, proposición y conspiración en el delito de homicidio agravado, así como por ocho homicidios agravados y cinco extorsiones agravadas.
Asimismo, Érick Adalberto Alvarado fue condenado a 470 años de cárcel por cinco delitos diferentes, mientras que Kevin Geovanny Parda Ventura recibió una condena de 231 años. José Ricardo Gámez Sánchez fue sentenciado a 225 años de prisión; Cristian Noel Salguero Benavides deberá cumplir una pena de 191 años de prisión, y Carlos Alexander Machuca Díaz fue condenado a 172 años de cárcel.
En cuanto a Carlos Antonio Hernández Guevara, recibió una pena de 165 años de prisión, mientras que Franklin Josué Pastora Chávez fue condenado a 162 años.
El resto de los imputados recibió penas que oscilan entre los 158 y los ocho años de cárcel, en función de su grado de participación en los delitos cometidos.