Las autoridades cubanas comenzaron a evacuar el viernes a los habitantes de los municipios orientales de Baracoa (Guantánamo, 80.000 habitantes) y Moa (Holguín, 70.000 habitantes) después de las lluvias intensas de esta mañana en la región, por donde pasó el domingo la tormenta tropical Oscar.
El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, aseguró en su cuenta de X que las autoridades han comenzado a movilizarse tras «la dura experiencia de los últimos días».
De acuerdo con el Instituto de Meteorología (Insmet), en Baracoa ha llovido «de manera ininterrumpida desde la una de la madrugada» de este viernes y, hasta las 7.00 de la mañana (11.00 GMT), se reportaron 128,9 milímetros de lluvia (litros por metro cuadrado).
Baracoa afectadas por inundaciones y deslizamientos
Marrero añadió que «ya se reportan deslizamientos de tierra, inundaciones y daños en las viviendas» en Baracoa. Las precipitaciones de las últimas horas también han afectado al municipio de Moa, en la provincia oriental de Holguín.
Óscar entró en Cuba el domingo como huracán de categoría 1 (de 5) en la escala Saffir-Simpson muy cerca de la ciudad costera de Baracoa, en Guantánamo (este), y se convirtió en una tormenta antes de irse el lunes por una zona próxima a Gibara, en la provincia Holguín (noreste). Hasta el momento la cifra de muertos asciende a siete.
Aún quedan áreas devastadas incomunicadas donde las lluvias castigaron intensamente con acumulados que provocaron escurrimientos desde las montañas, grandes inundaciones, y en consecuencia la incomunicación, impidiendo el acceso de los grupos de socorristas.
Siguen apagones por escasez de energía
Mientras tanto, una semana después del apagón en la isla, el sistema eléctrico se ha restablecido, pero sigue habiendo una escasez crónica de energía, lo que obliga a las autoridades a programar cortes de luz.
La Empresa Nacional de Electricidad (UNE) anunció este viernes que en la hora de mayor consumo de la población habrá una «disponibilidad de 2.124 MW» para cubrir una demanda máxima estimada en 3.000 MW, lo que supone un déficit de suministro.
El 18 de octubre, el sistema eléctrico nacional colapsó debido a la avería en la principal central eléctrica del país y la escasez de combustible, provocando un gigantesco apagón que dejó sin energía por cuatro días a casi la totalidad de los 10 millones de habitantes de la isla.
