“Esta película estuvo a punto de ser prohibida en Estados Unidos, lo que, para mí, hace que sea aún más imprescindible verla”, fue la frase que el actor Jeremy Strong usó para promocionar a ‘The Apprentice’, la polémica película sobre el expresidente Donald Trump que fue rechazada por los grandes estudios de Hollywood y condenada por la campaña del candidato republicano por igual.
Strong, quien interpreta al operador político Roy Cohn, uno de los mentores de Trump, acompaña a Sebastian Stan en este film que se estrenará este fin de semana en 1.740 cines en medio de críticas, elogios y una muy buena recepción en los festivales internacionales a semanas de que se realicen las elecciones presidenciales 2024.
Según The Wall Street Journal, Stan, quien interpreta a un joven Trump que busca abrirse paso en el cruento mundo inmobiliario de Nueva York, para aceptar el papel tuvo que tachar el nombre de todos los personajes del guion para poder apartar sus preconceptos sobre los protagonistas. Una vez hizo este ejercicio, se dio cuenta de que la historia tenía un potencial importante para ser contada.
«Me alejé de mis propias opiniones y proyecciones sobre lo que pensaba que sabía», dijo Stan. «De hecho, lo encontré mucho más contable de lo que pensaba. Lo que esto intentaba explorar era: ¿Qué le sucede a un ser humano en la búsqueda del sueño americano?”.
Strong, que abrazó el proyecto tras interpretar magistralmente al personaje de Kendall Roy en Succession, ha sido muy elogiado por su interpretación de Cohn, incluso recibiendo comentarios positivos del consultor republicano Roger Stone, muy cercano a Trump.
“Conocí a Roy Cohn. Roy Cohn era amigo mío. La interpretación de Roy Cohn por parte del actor Jeremy Strong en la nueva película ‘El aprendiz’ es asombrosa por su precisión”, dijo Stone en su perfil en X.
No obstante, la campaña de Trump ha sido muy hostil con ‘The Apprentice’, no solo descalificándola públicamente como un retrato “mentiroso” del expresidente, sino incluso amenazando a los grandes estudios y a los directores de la película con cartas de cese y desistimiento.
De hecho, un portavoz de Trump calificó el contenido de la película como «pura ficción que sensacionaliza mentiras que han sido ampliamente desacreditadas».
Aunque las palabras de las campañas de Trump son duras, quizás la caracterización no sea del todo desacertada, pues la propia película hace una advertencia de que el contenido es ficción y que gran parte del guion, escrito por el periodista Gabriel Sherman, está basado en investigaciones, entrevistas, biografías, expedientes legales y las propias memorias de Trump.
De acuerdo con los críticos, la película retrata a Trump como un aprendiz de Cohn que le enseña a ganarse la vida y a triunfar en un mundo despiadado lleno de tiburones. En pocas palabras, a un joven emprendedor que quería cumplir, a toda costa, el sueño americano.
Algunas reseñas afirman que Trump es mostrado como un personaje polarizador, pero, al mismo tiempo, humano, algo que podría provocar críticas duras entre la prensa más progresista en un momento electoral decisivo.
El director Ali Abbasi está consciente de este hecho y, aunque sabe que la película podría plantear grises sobre Trump en un contexto electoral determinante, su intención jamás fue llegar a esta situación, pues venía trabajando en la película desde 2018.
“Algunas personas dirán, ‘Esto es demasiado halagador, es un retrato demasiado favorable de él. ¿No te preocupa que la gente vaya a votar por él?’ Eso no es mi trabajo. Afectar las elecciones no es mi trabajo”, dijo Abbasi. “Pero, por supuesto, es importante. Estamos como montados en la espalda de un dragón aquí”.
Y, aunque la película sufrió el desplante de Hollywood y casi languidece sin la distribución, aparecieron personas como Tom Ortenberg, el eventual distribuidor del filme en Briarcliff Entertainment, para dar su apoyo.
«Disfruto enfrentarme a películas que otros tienen miedo de abordar, que otros son francamente demasiado cobardes para asumir», dijo Ortenberg en declaraciones recabadas por el WSJ. «Hubiera esperado una guerra de ofertas entre los distribuidores, pero se corrió la voz de que los grandes estudios estaban huyendo de la película como si su cabello estuviera en llamas».
Locos por los votos, película del año 2012 retrata la pelea de dos candidatos al senado siendo ambos republicanos, financiado por corporaciones para destruirse a toda costa.