El gobierno de Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Israel el viernes en rechazo a lo que calificó como un «brutal genocidio» contra los palestinos en Gaza, según anunció un comunicado oficial emitido en Managua.
«El gobierno de la República de Nicaragua rompe toda relación diplomática con el gobierno fascista de Israel», señaló el comunicado tras expresar su «solidaridad permanente con el pueblo y gobierno de Palestina».
La decisión, que había sido adelantada por la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del mandatario Daniel Ortega, se tomó en base a una resolución del Parlamento dominado por el oficialismo, aprobada más temprano el viernes y en la cual «se condena el continuo genocidio, la crueldad, el odio extremo y el exterminio que ejecuta el gobierno de Israel».
«Nuestro presidente ha instruido a la Cancillería de la República (…) proceder a la ruptura de las relaciones diplomáticas con el gobierno fascista y genocida de Israel», dijo Murillo horas antes de emitirse el comunicado.
Demanda un Estado de Palestina libre y soberano
El gobierno de Ortega también reiteró a Israel su demanda de que cumplan «todas las resoluciones de las Naciones Unidas, para la creación del Estado de Palestina, como un Estado libre, soberano, independiente y autodeterminado».
El Cercano Oriente se encuentra en alerta máxima debido a una mayor escalada regional después de que Irán lanzara una andanada de misiles contra Israel el 1 de octubre. Irán respalda al grupo Hezbolá, con sede en el Líbano, al que Israel ha atacado recientemente.
En el comunicado, el Ejecutivo sandinista condenó «una vez más este genocidio, la ocupación y la agresión permanente contra la vida y contra la dignidad del pueblo de Palestina, que se extiende ahora en contra del pueblo de El Líbano, y amenaza gravemente a Siria, Yemen e Irán, poniendo en peligro la paz y la seguridad de la región y del Mundo».
«Ratificamos una vez más nuestra cálida y consecuente consideración a las queridas familias del pueblo israelí, que merecen nuestro cariño, respaldo y solidaridad, quienes viven tiempos difíciles producto de la desmedida brutalidad y odio del gobierno de Israel».
Hace un año el gobierno de Daniel Ortega se declaró «siempre solidario con la causa palestina» y condenó el «agravamiento» del «terrible» conflicto Israel-Palestina.
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