La cantante de ‘Toxic’, de 42 años, reveló a sus seguidores de Instagram que el incidente potencialmente mortal ocurrió hace seis meses, y fue el resultado de que su personal de seguridad no la encendiera por ella.
Así lo contó a sus 42 millones de seguidores en un videoclip, en el que hablaba con acento británico: «Estaba en mi habitación, encendí el fuego y, de repente, me explotó en la cara».
Britney añadió que su chimenea «ya había hecho eso antes», y que normalmente es su personal de seguridad el que la enciende.
Y continuó: «Pero esta vez, lo tiré todo ahí dentro, y literalmente me explotó en la cara… me quemó todas las pestañas, las cejas y… ¿ves este flequillo de bebé? Son de… me chisporroteó todo el pelo».
Britney también contó que temió tener quemaduras de segundo o tercer grado y pensó que iba a tener que «ir a urgencias», ya que su «cara parecía estar en llamas».
Sobre el dolor que experimentó tras la explosión, dijo: «Me dolía tocar el teléfono. Me dolía ponerme hielo en la cara. Me dolía que me tocaran. Esto ocurrió durante unas seis o siete horas. El dolor nunca desapareció. Era tan, tan, tan fuerte».
Britney también señaló que recurrió a tomar el analgésico Tylenol para dormirse, añadiendo: «Sí, fue realmente malo».
Pero concluyó: «Todo está bien en este momento».
Britney reveló el año pasado un incendio que provocó accidentalmente con velas en el gimnasio de su casa, y mostró los restos quemados tras el accidente en su cuenta de Instagram.