Las autoridades de Porto Alegre interrumpieron el miércoles las labores de rescate en el sur de Brasil en medio de más lluvias y el riesgo de rayos y fuertes vientos que amenazan con agravar una catástrofe que ya causóla muerte de un centenar de personas y ha dejado a más de 163.000 buscando refugio.
Los soldados del ejército utilizaron carros blindados anfibios para rescatar a la gente de las inundaciones en Canoas, al norte de la ciudad, donde las aguas han alcanzado una profundidad de unos tres metros y las calles sólo pueden recorrerse en barco.
Sin embargo, la alcaldía de la capital del estado de Río Grande do Sul indicó que la llegada de un nuevo frente de tormentas, con vientos que se calcula que pueden llegar a 90 kilómetros por hora, llevó a decidir que se interrumpa la tarea de los equipos que buscan rescatar a miles de personas que aún están en zonas de riesgo.
Los temporales, que comenzaron hace más de una semana, ya han causado 100 muertes en Río Grande do Sul y otro fallecimiento en el vecino estado de Santa Catarina, también afectado por el fenómeno aunque con una intensidad menor.
El balance agrega que también hay 128 desaparecidos y 372 heridos en Río Grande do Sul, donde el 80 % de los municipios está total o parcialmente bajo el agua, y unas 230.500 personas han tenido que abandonar sus hogares.
Más de 61.400 viviendas inundadas
Las inundaciones damnificaron al menos 61.400 viviendas, de las que 6.200 quedaron totalmente destruidas, según datos parciales divulgados este miércoles por la Confederación Nacional de los Municipios.
La entidad calcula en 6.400 millones de reales (unos 1.280 millones de dólares o 1.191 millones de euros) los daños provocados hasta ahora por la mayor tragedia ambiental registrada en Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay.
Cerca de la mitad de esas pérdidas, unos 3.400 millones de reales, se refieren precisamente a los daños sufridos por las viviendas.
Las autoridades aún desconocen el costo de la reconstrucción, pues la verdadera magnitud de los daños solo podrá ser calculada una vez que las aguas bajen.