El cerco para encontrar al nuevo James Bond lleva varios años estrechándose sobre un único candidato, cuya identidad estaría a punto de salir a la luz. Eon Productions, productora de las películas sobre 007, espera que Aaron Taylor-Johnson acepte el codiciado papel y tome así el revelo de Daniel Craig después de que el actor se despidiera del personaje tras 15 años con el estreno de ‘Sin tiempo para morir’ en 2021.
Todavía no hay nada confirmado, pero se cree que el rodaje de una nueva película de la franquicia podría comenzar este mismo año, y el personaje protagonista sería para Aaron si finalmente él decide aceptar la oferta formal que le han hecho llegar recientemente. Un sí por su parte implicaría firmar el contrato en los próximos días y él podría empezar a prepararse para el gran anuncio oficial.
El actor de ‘Kick-Ass’ y ‘Nowhere boy’ cumple los requisitos que en principio estaban buscando los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson. En primer lugar, tiene 33 años, lo cual le permite cargar con el peso de la franquicia durante más de una década sin miedo a que las lesiones que se sufren a menudo durante la grabación de las escenas de acción se conviertan en un problema, como sí sucedió con Daniel Craig. Además, cuenta con experiencia de sobra a la hora de afrontar la presión que conllevan este tipo de proyectos multitaquilleros, ya que ha participado en el universo Marvel como Pietro Maximoff, alias Quicksilver, y muy pronto estrenará la película centrada en el personaje de Kraven, el cazador.
Aaron lleva tiempo perfilándose como uno de los claros favoritos para enfundarse el esmoquin del espía británico; en las casas de apuestas de Reino Unido, que hacen cajas con todos los asuntos que dividen a la sociedad británica y suelen acertar con sus previsiones, las apuestas a su favor se pagan 2 a 1. Las cifras de Henry Cavill (7/2) e Idris Elba (9/2) -los otros dos nombres que sonaban con fuerza para convertirse en el nuevo James Bond- les colocan bastante por detrás suyo.
Aaron ha jugado al despiste cada vez que le han preguntado por la posibilidad de ocupar el vacío dejado por Craig. Él sabe perfectamente que el mero hecho de ser considerado siquiera para este papel supone todo un logro. Henry Cavill, que no se convirtió en James Bond después de Pierce Brosnan porque era demasiado joven, lo ha explicado muy bien en el pasado: la publicidad que otorgan todos los rumores en torno al proceso de casting sirve de carta de presentación para una estrella en ciernes y aumenta la proyección internacional de cualquier intérprete británico que consiga entrar en esa lista de candidatos, lo cual le allana el camino para protagonizar otros proyectos.
En el caso de Aaron, él cuenta con una dilatada carrera a sus espaldas que incluye títulos puramente mainstream, pero pasar a ser James Bond le llevaría a unos niveles desconocidos hasta ahora de fama.