El ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández se enfrenta a una posible sentencia mínima obligatoria de 10 años y máxima de cadena perpetua por narcotráfico, después de que la Fiscalía estadounidense lo acusara de liderar una “superautopista de cocaína” hacia Estados Unidos con la ayuda de policías y militares corruptos.
El jurado comenzará a deliberar este jueves sobre el veredicto del juicio que se celebra en la corte federal del Distrito Sur de Nueva York, donde Hernández se declaró inocente de los tres cargos que se le imputan.
La Fiscalía, en nombre del Gobierno de EEUU, aseguró al jurado que el acusado “es un narcotraficante” que abusó de su poder para enviar grandes cantidades de droga a territorio estadounidense, por lo que les pidió que lo declaren culpable.
También reiteró en sus argumentos que Hernández usó a las fuerzas del orden de su país para permitir el tráfico internacional de cocaína, que según trascendió en el juicio, salía de Colombia y era llevada por vía aérea o terrestre a Honduras,-donde era protegida por policías y militares corruptos- y llegaba a EEUU tras su paso por Centroamérica.
La Fiscalía también aseguró que Hernández “obtuvo millones de dólares” de sobornos para su campaña en 2009 al Parlamento nacional y a la presidencia en el 2012.
“Pavimentó una superautopista de cocaína hacia Estados Unidos, protegido por ametralladoras”, indicó el fiscal Jacob Gutwillig a cargo de los argumentos finales del juicio, que comenzó el pasado 20 de enero.
De acuerdo con los testigos estrella de la Fiscalía, narcos que cumplen sentencia en este país o que ya cumplieron su condena, los carteles hondureños de Los Cachiros, los Ardón y los Valle Valle, entre otros, aportaron dinero para esas campañas de Hernández por el Partido Nacional.
Incluso reiteraron que el cartel de Sinaloa, que entonces dirigía Joaquín “El chapo” Guzmán, aportó un millón de dólares que presuntamente entregó a Tony Hernández, hermano del ex mandatario.
Dijeron además que para la protección de esos cargamentos usaban varias armas entre ellas AK-47, AR-15, lanzagranadas o bazucas y pistolas.
Varios narcotraficantes que aseguran haber colaborado con Hernández -entre ellos Fabio Lobo, hijo del ex presidente Porfirio Lobo, y Leonel Rivera Madariaga, líder de Los Cachiros junto a su hermano Javier- han llegado a distintos acuerdos con la Fiscalía para reducción de sus sentencias o a cambo de visados para residir en este país a cambio de su declaración.
Tony Hernández fue condenado en 2021 a cadena perpetua por narcotráfico por el mismo juez que preside ahora el caso de su hermano.
Según la acusación, los cargos contra Juan Orlando Hernández son conspirar para importar cocaína a EEUU, lo que conlleva una sentencia mínima obligatoria de 10 años y máxima de cadena perpetua, junto al de usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante la conspiración para importar cocaína, con mínima de 30 años y máxima de perpetua.
El tercer cargo es de conspirar para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante la conspiración para importar cocaína, y para promover la conspiración de importación la coca, que conlleva cadena perpetua.
La Fiscalía señaló además al jurado -a los que se identifican sólo por un número por seguridad, como es usual en casos de narcotráfico- que mientras Hernández aprobaba leyes para combatir el narcotráfico, en realidad lo protegía en privado asociándose con los narcos.
La defensa ha insistido desde los argumentos de apertura del juicio, que los narcos mienten, que solo buscan vengarse de Hernández por la ley de extradición, además de beneficiarse en sus acuerdos de colaboración con la Fiscalía, y esa fue la línea que siguió en los argumentos finales, a cargo de Renato Stabile.
Stabile aseguró que el Gobierno no pudo probar su caso “más allá de la duda razonable”, que presentó “cero, cero” evidencia contra Hernández, más allá de presentar distintos testigos, generalmente narcotraficantes, que mintieron o declararon por interés propio.
Sánchez aseguró durante su testimonio haber estado en una reunión entre Hernández y el narco Giovanny Fuentes Ramírez en la que presuntamente el acusado dijo que iba a “meter las drogas por las narices de los gringos”.