El actor Brad Pitt y su flamante novia, Inés de Ramón, habrían dado un importante paso adelante en su discreta historia de amor, que se confirmó a finales de 2022 después de que los reporteros gráficos captaran a la pareja en una de sus muchas salidas a la calle. Según fuentes de su entorno, el astro de Hollywood, de 60 años, y la diseñadora de joyas, de 34, tomaron la decisión de irse a vivir juntos a principios de este año.
La noticia no debería sorprender demasiado, habida cuenta de la solidez de un romance que no ha dejado de ganar enteros en los últimos meses. A mediados del pasado mes de diciembre, la pareja organizó una fiesta de cumpleaños conjunta, para que los festejos no estuvieran únicamente centrados en el cambio de década del intérprete. Ese evento supuso la confirmación de que su romance no estaba destinado a ser uno efímero e insustancial.
Los paparazzi tomaron en esa ocasión varias imágenes de Brad e Inés a la salida de un céntrico restaurante en Nueva York. Ambos lucían amplias sonrisas, muy indicativas de la buena sintonía que reina entre ellos y, por supuesto, del éxito de una velada en la que congregaron a un grupo muy reducido de amigos. Su pasión compartida por el arte y la fotografía les llevó a regalar a sus invitados pequeñas esculturas y también obras gráficas, como una serie de fotos en blanco y negro que retrataban a la pareja en actitud divertida.
Esos mismos allegados han desvelado ahora algunos detalles sobre el devenir de un romance que comenzó sin demasiadas pretensiones, pero que ha desembocado en la «primera relación seria» y estable de Brad Pitt desde su mediática separación de Angelina Jolie, en 2016. «Desde el divorcio, Brad ha tenido varias citas, pero ninguna de ellas fue seria. Esta es su primera relación seria, y no podría estar más feliz», ha señalado un informante a la revista People.
«Gracias a Inés, Brad ha recuperado la chispa. Es genial verle así, Brad es un buen tipo y merece ser feliz», ha celebrado el mismo confidente, tras describir a la joven que ha conquistado el corazón del artista como una mujer «bondadosa, divertida y muy especial». Al parecer, ese punto de inflexión que supone el inicio de su convivencia se dio de forma orgánica, sin necesidad de trazar un plan o tomar ciertas precauciones al respecto. «Pasan tanto tiempo juntos, que para Brad tenía todo el sentido del mundo que Inés se mudara a su casa. Ha sido algo natural», subraya.