Israel presentó una queja formal después de que el número dos del Vaticano denunciara la “carnicería” en Gaza y lo que describió como una operación militar desproporcionada de Israel tras los ataques de Hamás del 7 de octubre.
La embajada israelí en la Santa Sede calificó de “deplorables” los comentarios del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. En un comunicado el miércoles, la embajada dijo que Parolin no había tenido en cuenta lo que describió como hechos relevantes para juzgar la legitimidad de las acciones israelíes.
En declaraciones el lunes, Parolin condenó los ataques del 7 de octubre de Hamás contra Israel y todas las formas de antisemitismo. Pero también cuestionó la posición israelí de que actúa en defensa propia al realizar una “carnicería” en Gaza.
“El derecho a la defensa de Israel que ha sido invocado para justificar esta operación sea proporcionado y ciertamente con 30.000 muertos no lo es”, dijo.
Israel se ha opuesto antes a la posición del Vaticano sobre la guerra, incluso cuando el papa Francisco habló de “terrorismo”. Francisco, que todos los días habla por videoconferencia con una parroquia en Gaza que acoge civiles palestinos, ha intentado después ser más imparcial en sus comentarios y hace poco escribió una carta al pueblo judío en la que reafirmó la relación especial entre cristianos y judíos.
En su comunicado de queja sobre Parolin, la embajada israelí acusó a Hamás de convertir la Franja de Gaza en “la mayor base terrorista jamás vista”. Añadió que las fuerzas armadas israelíes actúan de acuerdo al derecho internacional y que la proporción de civiles palestinos frente a “terroristas” muertos era menor que en otros conflictos en Siria, Irak y Afganistán.
Pero en un editorial de primera página el jueves en el diario vaticano L’Osservatore Romano, titulado “Detener la carnicería”, el director editorial del Vaticano Andrea Tornielli reiteró la posición del Vaticano. Tornielli citó a una sobreviviente del Holocausto residente en Roma, Edith Bruck, que ha sido muy crítica con la respuesta del gobierno israelí, al que culpó por el aumento de los incidente antisemitas contra judíos de todo el mundo.
“Nadie puede definir lo que está ocurriendo en la Franja como un ‘daño colateral’ de la lucha al terrorismo”, escribió Tornielli. “El derecho a la defensa, el derecho de Israel de llevar ante la justicia a los responsables de la masacre de octubre, no puede justificar esta carnicería”, añadió.