La estrella del rock Marilyn Mason ha completado un tiempo indeterminado en Alcohólicos Anónimos y Al-Anon, una organización para personas afectadas por el alcoholismo de otros, como parte de la condena que recibió por un incidente que se remonta a 2019.
Técnicamente, Manson estuvo dos años en busca y captura por escupir sobre una operaria de cámara y lanzarle un puñado de mocos en un incidente que tuvo lugar en 2019 en el Bank of New Hampshire Pavilion, durante la gira ‘Hell Never Dies’ de Manson.
El investigador policial que revisó las imágenes del evento confirmó en el tribunal que Manson había acercado su cara a la cámara que sostenía la fotógrafa Susan Fountain y luego le había escupido con fuerza. Poco después regresó para arrodillarse frente a ella y se llevó la mano a la nariz antes de lanzarle una «cantidad significativa de moco».
Al final, fue él mismo quien se entregó a las autoridades y se declaró no culpable de un cargo menor por agresión en julio, lo que significa que aceptó la condena pero no se declaró culpable por el presunto delito en sí. La fiscalía, por su parte, retiró un segundo cargo de delito menor de agresión simple.
Un delito de esas características puede conllevar una pena de hasta un año de cárcel y una multa de 2.000 dólares, pero la víctima solicitaba 35.000 dólares como compensación por los daños que había sufrido su equipo fotográfico.
En su momento, los abogados del cantante argumentaron que Manson siempre se ha comportado de forma «provocativa» en el escenario y tachó la reclamación monetaria de «ridícula» porque no había pruebas de que la mujer hubiera sufrido ningún daño. Es más, según su versión de los hechos, ni siquiera había respondido a sus intentos de ponerse en contacto con ella para pedirle pruebas. Al final, Marilyn Manson fue condenado a 20 horas de servicios comunitarios y a pagar una multa de 1.400 dólares.