En La Paz, Oruro y Potosí de Bolivia ya se siente el desabastecimiento de productos de la canasta básica como consecuencia de los brutales bloqueos viales que realizan seguidores del ex mandatario Evo Morales, inhabilitado para ser candidato presidencial.
Morales, que gobernó Bolivia entre el 2006 y el 2019, y Luis Arce, que es presidente desde el 2020, llevan varios meses confrontados en su disputa por la candidatura presidencial, pero esta vez los seguidores del primero han llevado el pulso al bloqueo de rutas.
“Este bloqueo está afectando la provisión, vamos a tomar medidas contingentes para realizar puentes aéreos (de traslado de alimentos)”, dijo Grover Lacoa, viceministro de Comercio Interno, desde un mercado popular de la capital boliviana, en el quinto día de protestas.
Las autoridades darán facilidades para el abastecimiento desde Santa Cruz y Cochabamba, focos de la protesta que iniciaron el lunes los cocaleros y demás organizaciones afines a Morales (2006-2019).
“Hay frutas que se están desperdiciando en la carretera. Los productores que buscan rutas alternas gastan más dinero y eso lo va a pagar la población”, señaló Jorge Silva, viceministro de Defensa al Consumidor, al canal gubernamental desde otro mercado paceño.
Las protestas están elevando igualmente el precio de carnes y otros productos básicos.
“Las carnes han subido más o menos un 5%. Esos productos no están llegando a nuestros mercados”, agregó Rolando Morales, presidente de la Cámara Agropecuaria a medios locales desde Cochabamba.
Encabezados por la poderosa organización de los cocaleros, los seguidores de Morales impiden desde el lunes 22 el tránsito con rocas, troncos y neumáticos en llamas. Decenas de vehículos han quedado varados en las vías.
La escalada del conflicto ha llevado a acciones extremas, incluyendo el uso de dinamita para interrumpir los caminos, según denunció el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, quien criticó duramente las tácticas empleadas por los manifestantes. “Lo que el ‘evismo’ quiere es causar muertos y personas heridas”, acusó, reflejando la gravedad de la situación que enfrenta el país.
Según el reporte oficial, hasta el momento dos civiles han muerto por el bloqueo y 23 policías resultaron heridos en un choque con los manifestantes, que exigen la renuncia de los magistrados del Tribunal Constitucional que fallaron en pasados días contra Morales.
El coste económico de los bloqueos se proyecta como un factor de preocupación profundamente significativo. Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), destacó que, aunque es difícil estimar con precisión, “las pérdidas superan fácilmente los 100 millones de dólares” y continúan en ascenso. Sumado a ello, destaca la imagen de inestabilidad que proyecta Bolivia ante el mundo, lo que podría repercutir negativamente en el interior y exterior del país.
La economía boliviana, que registró un crecimiento del 2,3 % al tercer trimestre del 2023, enfrenta ahora el desafío de mantener esa estabilidad en medio de los bloqueos que incrementan los precios y la especulación.
Una puja de poder
“No están haciendo sufrir al gobierno, hacen sufrir a la población. Le pedimos al señor Evo Morales recapacitar”, señaló a la prensa Eduardo Del Castillo, ministro de Gobierno, desde Santa Cruz.
“Ya deberían procesarlo por impedir el libre tránsito. Evo Morales tiene que responder”, exhortó Betto Astorga, diputado de la oposición.
Según la Administradora Boliviana de Carreteras, los manifestantes mantienen 18 puntos de bloqueo, diez en Cochabamba, cuna política de Morales.
El conflicto también ha dejado cientos de pasajeros varados en aeropuertos de tres ciudades. El gobierno habilitó “vuelos solidarios” para atender a esas personas.
Morales quedó inhabilitado para la carrera presidencial de 2025, a raíz de una sentencia emitida en diciembre según la cual ya ejerció los dos mandatos que permiten las normas.
El máximo líder de los cocaleros fue presidente entre 2006 y 2019, cuando renunció en medio de un estallido social por los episodios de fraude electoral para obtener un cuarto mandato.
Los bloqueos agudizan más todavía el enfrentamiento entre Morales y el presidente Luis Arce, su antiguo aliado y exministro de Economía y a quien acusa de boicotear su candidatura con la ayuda de congresistas y jueces.
Analistas y expertos en la materia subrayan que más allá de los enfrentamientos por la candidatura presidencial, estos bloqueos y la crisis política resultante son indicativos de una ruptura marcada dentro del MAS que ha estado gestándose durante meses. Ana Lucía Velasco, politóloga de la Universidad Católica Boliviana, expresó su temor ante la posibilidad de que el enfrentamiento político “termine con la paciencia de la gente”, y señaló que la mayoría de la población está “cansada de la conflictividad social”. Esta situación pone de manifiesto que los líderes involucrados podrían estar priorizando intereses políticos por encima del bienestar de los ciudadanos, en un momento en el que el país ya enfrenta una crisis económica y social.