La cantante Madonna y la promotora de su gira ‘Celebration Tour’, Live Nation, han emitido un comunicado para responder finalmente a la demanda interpuesta contra ellos por Michael Fellows y Jonathan Hadden, dos fans que asistieron al concierto que ofreció la diva el pasado 13 de diciembre en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York. La pareja acudió a los tribunales para reclamar una elevada compensación en concepto de daños y perjuicios, supuestamente ocasionados por las dos horas que tardó la artista en salir al escenario.
La reina del pop y la citada compañía han asegurado que lucharán «vigorosamente» para defenderse de las acusaciones y, de esta forma, justificar los retrasos en que incurre con frecuencia la intérprete a la hora de dar comienzo a sus recitales. Ya en la nota, Madonna y Live Nation adelantan que su falta de puntualidad, esporádica a su juicio, no es más que el desafortunado resultado de imprevistos de carácter técnico.
La ambición rubia sostiene, acerca de ese concierto, que se produjo un contratiempo durante las pruebas de sonido, lo que obligó a posponer el inicio del show. «Los conciertos de Brooklyn en el Barclays Center se iniciaron según lo planeado, excepto el 13 de diciembre debido a un contratiempo técnico durante la prueba de sonido», señalan.
La estrella subraya así que casi todos sus espectáculos han empezado en la hora prevista, ya que en las entradas sólo aparece el momento exacto en que se abren las puertas del recinto. Hay que recordar que, antes de la actuación de Madonna, suelen amenizar la fiesta diversos teloneros y que se brinda al público unos minutos de cortesía para que vuelvan a sus localidades.
Para los demandantes, sin embargo, Madonna y Live Nation deben asumir su responsabilidad por una conducta que ellos identifican como «prácticas comerciales desleales» y «publicidad engañosa». Los afectados argumentan que la estrella incumplió los términos del contrato reflejados en la hora que aparece en la entrada. De esa infracción se desprende un «enriquecimiento injusto» por parte de los demandados, así como efectos muy perniciosos para las supuestas víctimas.
Hadden y Fellows aseguran que abandonaron el pabellón poco después de la una de la madrugada, una hora en la que resulta más difícil y costoso encontrar transporte público para volver a casa en plena semana laborable. «Tenían que levantarse temprano para ir a trabajar o atender sus responsabilidades familiares el día siguiente», reza un extracto de la demanda, en la que se solicita que Madonna se someta al veredicto de un jurado popular.