Hasta aquí ha llegado la participación del Barcelona en esta Copa del Rey. Y ha vuelto a ser en San Mamés, ese escenario maldito en el que el equipo azulgrana también cayó eliminado allá por 2020. Y, curiosamente, por el mismo protagonista que en esa eliminatoria: Iñaki Williams. Los de Xavi
desaprovecharon un 1-2 favorable después de firmar un gran primer tiempo, pero la falta de efectividad de cara a puerta ha vuelto a condenar a los barcelonistas (4-2).
Un Athletic Club-Barcelona siempre es un partido muy atractivo. Ya sea en San Mamés o en el Camp Nou (esta temporada en Montjuic). Pero si este duelo se produce en unos cuartos de final de Copa del Rey, el ambiente se sabe que va a ser tremendo. Y eso es exactamente lo que se vivió a en el feudo bilbaíno.
Jugar en San Mamés es más duro que escalar el Everest. Cuando el Athletic disputa sus partidos en casa, sus inicios de partido son eléctricos y eso fue exactamente lo que sucedió este miércoles. En una jugada sin aparente peligro, algo rara, el Barça se despistó y tras una serie de rebotes, Gorka Guruzeta cazó el rechace para poner el 1-0 a los 30 segundos y provocar el primer rugido de la grada athleticzale.
Encajar un gol tan pronto le sentó muy mal al Barcelona. Y al Athletic le vino de perlas. Los pupilos de Ernesto Valverde aprovecharon las dudas iniciales del conjunto azulgrana para hacerse con el control del partido y meter el miedo en el cuerpo a los de Xavi. Sin embargo, con el paso de los minutos, el duelo bajó de revoluciones y el Barça necesitó muy poco para hacerse con el control de la posesión. Esa situación no le importó al conjunto local. Tenían muy claro cuál iba a ser su estrategia a seguir: esperar y salir a la contra.
Al Barça se le veía algo lento en la circulación de balón. Para intentar sorprender a un equipo como el Athletic Club es estrictamente necesario mover el balón rápido y el equipo de Xavi no estaba siendo capaz de conseguirlo. Para colmo, Balde tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado. Le crecían los enanos al técnico egarense.
Sin embargo, el Barça siguió aplicado y en el minuto 25, Lewandowski aprovechó una jugada rocambolesca para silenciar San Mamés y poner el 1-1 en el marcador tras un error grotesco de la zaga bilbaína.
Con el gol de la igualada, el Barça se vino arriba y dejó atrás las dudas del inicio para seguir controlando el partido. La mejoría de los blaugranas era evidente y sabía que, tarde o temprano, iba a conseguir el segundo. Y ese tanto llegó en el 32′ de la primera parte.
Lamine Yamal es un futbolista que necesita muy poco para generar peligro y de sus botas salió el 1-2. Golazo espectacular del chaval y nuevo mazazo para la parroquia bilbaína. Habían pasado del éxtasis a la decepción en poco más de media hora. Y así se llegó al final de la primera parte. Ventaja para el Barcelona, pero partido abierto. Todo por decidir en la segunda mitad.
San Mamés despierta al Athletic
Tras el paso por vestuarios, Ernesto Valverde decidió cambiar al tocado Mikel Vesga por el canterano Unai Gómez. Y esa modificación surtió efecto, ya que tres minutos después de la reanudación, Nico Williams puso con música un balón al área y allí apareció Oihan Sancet para devolver la igualada al encuentro y provocar el segundo rugido de San Mamés.
Ese gol de Oihan Sancet revitalizó al Athletic. El partido se les había puesto bastante cuesta arriba a los bilbaínos y marcar casi a las primeras de cambio ayuda, y mucho. Los de Ernesto Valverde volvieron a someter al Barça y se fueron en busca del 3-2.
Para conseguir ese tercer gol, Valverde optó por meter en el campo a Iñaki Williams. El ‘9’ del Athletic entró por Adu Ares. Y esta entrada al campo es meritoria, ya que Iñaki se encontraba el martes concentrado con Ghana en la Copa de África, pero como su selección quedó apeada del torneo, el delantero nacido en Bilbao hace 29 años cogió un vuelo desde Costa de Marfil, vía París, para disputar la eliminatoria copera ante el Barça. Y la ovación que se llevó Iñaki por parte del respetable de San Mamés fue atronadora.
El partido estaba más abierto que nunca. Podía pasar cualquier cosa. Estaba siendo una eliminatoria preciosa y la grada de animación local no paraba de cantar para alentar a su Athletic. En esta clase de encuentros, el factor campo influye y los locales querían aprovecharlo para dejar en el camino a uno de los grandes favoritos al título.
Nico Williams estuvo a punto de marcar el golazo de la Copa, pero su disparo salió rozando el palo largo de la portería defendida por Iñaki Peña. Por ocasiones, el Athletic se estaba mereciendo la victoria y el Barcelona estaba empezando a agonizar. Los minutos finales prometían.
Y vaya que si prometían. Lamine Yamal tuvo en sus botas la clasificación del Barça para las semifinales y, con todo a favor, su disparo se marchó por encima de la portería de Julen Agirrezabala. El chaval no se lo podía creer. Había fallado la ocasión más clara de su carrera deportiva. Quién sabe si ahí se le fue al Barça el pase a semifinales.
Prórroga
Esto es la Copa del Rey y, dado que ni Athletic ni Barça consiguieron marcar el tercero antes del minuto 90, el duelo se fue a la prórroga. En lo que a juego se refiere, el conjunto bilbaíno siguió a lo suyo y el público de San Mamés, viendo las ocasiones de las que estaba disponiendo su equipo, no daba crédito.
El cansancio estaba empezando a pasar factura a ambos equipos. Y el ritmo de partido decayó ligeramente. Pero el Athletic estaba siendo el claro dominador de esta prórroga. Y en el minuto 106, justo antes del descanso, Iñaki Williams estuvo atento, se vistió de héroe y puso el 3-2 en el marcador.
Con el tercer gol del Athletic, el Barcelona bajó definitivamente los brazos. Y todavía hubo tiempo para un gol más. Ya cuando el árbitro estaba a punto de pitar el final, el pequeño de los Williams (Nico) anotó el 4-2 y cerró definitivamente la eliminatoria. Nueva temporada en la que el Barcelona cae en Copa antes de tiempo. En esta ocasión, en la antepenúltima estación.