Ante 171 mil usuarios de X, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se conectó a las 8:15 de la noche del miércoles 3 de enero en su primer «Space» en vivo para interactuar por espacio de dos horas con personas que acudieron a su invitación para hablar sobre diversos temas referentes a la política local, regional y de otras partes del continente.
En un tono sereno pero contundente, el mandatario salvadoreño, quien participa a la reelección presidencial en este país para 2024, respondió a las preguntas formuladas por periodistas, analistas, «influencers», y salvadoreños residentes fuera del país, entre otros. Con mucha claridad respondió a cuestiones sobre la Agenda 2030, a la reelección presidencial en El Salvador, a los niveles de seguridad en este país centroamericano, así como dio su opinión sobre el recientemente electo presidente de Argentina, Javier Milei, y otros temas.
Las personas que pudieron formularle preguntas no ocultaron su emoción al ser atendidos por uno de los políticos más carismáticos del orbe. El periodista venezolano residente en Colombia, Eduardo Menoni, pidió a Bukele su opinión sobre la injerencia que realiza el magnate estadounidense George Soros, a través de algunos medios de comunicación.
«George Soros, mediante sus organizaciones y la Open Society Foundation, financia a personas que influyen en el poder político. Incluso en Estados Unidos financian fiscales de distritos que son campañas relativamente pequeñas. Financia medios de comunicación y periodistas (…) Impulsa una agenda nociva para el mundo. Nuestros países están sometidos a la élite, con personas como George Soros y otros nombres que algunos conocemos y otros no. Este tipo de espacios nos permite hablar de lo que los medios no permiten que se hable», afirmó Bukele.
Además, aclaró que no se define de izquierdas ni de derechas. «El mundo se dividió después de la revolución francesa, pero al final yo no soy una persona de dogmas. Algunas de nuestras políticas podrían ser catalogadas de derecha, pero en lo personal siento que ya no podemos estar así. Deberían ser tridimensionales, cada quien tiene derecho a tener la ideología que quiera, pero yo no quiero encajonarme en una serie de dogmas que pueden limitarme a ejercer políticas que beneficien a la población», sostuvo.
Otros periodistas abordaron al presidente salvadoreño sobre la situación política del país, lo cual aprovechó para mencionar su lucha contra la corrupción. «Los casos de corrupción ya no prescriben. La actual Asamblea Legislativa cambió eso. Eso nos facilita perseguir a corruptos del pasado, y ahora saben que también pueden ser investigados a futuro», sentenció el mandatario.
Bukele también respondió una pregunta acerca del constante cuestionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y de otras organizaciones, hacia las políticas de El Salvador que han convertido al país en el más seguro de Latinoamérica a través de la estrategia del régimen de excepción.
«Por experiencia vivida en el Gobierno, sé que estas instituciones quieren mantenernos en el subdesarrollo, si ves las sentencias que ellos dan parecería ser que es requisito que estemos en el subdesarrollo (…) El Salvador era el país más peligroso del mundo, era un país que se desangraba, teníamos como 20 homicidios diarios (…) Vivíamos en un país lleno de sangre. En ese tiempo había democracia, había división de poderes. Pero el salvadoreño sufría a diario. Nosotros vinimos a cambiar leyes y a combatir la delincuencia. Estas organizaciones se valían del estado de derecho para tratar de frenar los cambios en El Salvador», aseguró.
El presidente agregó: «casi que nos demandaron (las organizaciones internacionales) que regresáramos todo a como estaba antes. Gracias a Dios que no lo hicimos, nuestro país es otro. En gran parte fue a que no hicimos caso a lo que estos tipos de organismos y a la comunidad internacional, que nunca han velado por nosotros».
Por su parte, Elo Cadenas, experta en finanzas graduada en la UNAM, México, le preguntó al mandatario cómo estos cambios logrados por su administración en El Salvador se podrían aplicar en México. «El Salvador y México son muy diferentes, en tamaño, recursos, población, etc (…) Pero cuando fui alcalde de Nuevo Cuscatlán, un pueblo pequeño y olvidado, lo cambiamos. Un gran porcentaje de la población no tenían agua potable. Al llegar a la alcaldía hicimos cambios inmediatos. Mejoramos la calidad de vida de la gente de Nuevo Cuscatlán, la gente empezó a reconocerme por nuestro trabajo en Nuevo Cuscatlán», ejemplificó el presidente.
Agregó que cuando él fue alcalde de la capital de San Salvador se le cuestionaba que «no era lo mismo ser alcalde de un pueblo de 10,000 habitantes al de la capital. Luego me dijeron que no era lo mismo ser presidente de un país de 7 millones de habitantes que ser alcalde de una ciudad».
Según Bukele, el tamaño del problema es proporcional a los recursos con los que cuenta una ciudad, estado o país, y que el factor determinante es la voluntad de sus gobernantes. «Si se puede en El Salvador, se puede en cualquier otro país del mundo», estimó.
De lo grande ,nada tiene que ver,Toda ves que no haya corupcion,entonces para que se meten a politicos con promesa!viva bukele