Sin reacción ni reencuentro con la victoria. El Barça no pudo pasar del empate contra el Valencia en Mestalla (1-1) y sigue metido en el bache de resultados que lo han acompañado las últimas semanas. Mejoró el juego pero perdonaron demasiado. Los azulgrana volvieron a ofrecer una imagen poco contundente pese a generar más en la segunda mitad y ven como la distancia con la parte alta de la clasificación cada vez es más grande.
Respecto al once que cayó ante el Girona, Xavi apostó por devolver a Cancelo al lateral derecho y dar entrada a Balde en lugar de Christensen, dejando a la dupla Araujo-Koundé como centrales. El resto de titulares repitieron, incluido un De Jong que no pudo viajar a Amberes por un proceso febril. El Barça salía con todo sabedor que otra derrota dejaría a los azulgrana muy descolgados en la lucha por el título liguero, pero el Valencia, sin jugadores clave como el lesionado Gayà y los sancionados Gabriel y Javi Guerra, quería dar una alegría a su afición en el último partido del año en Mestalla.
Las dos derrotas consecutivas contra el Girona y el Amberes obligaban al Barça a una reacción notable, tanto en juego como a nivel de sensaciones, pero a los azulgrana les costó arrancar de nuevo en el partido y Yaremchuk estuvo a punto de adelantar a los locales en el primer minuto. Iñaki Peña se lució con una gran estirada para evitar que los fantasmas de los últimos partidos de los culés volvieran a aparecer. Tras el aviso de Yaremchuk, el Barça pudo tener un mayor control de la pelota y encontró soluciones en la salida de balón, en especial por la posición adelantada de Gündogan. El alemán ejerció casi como segundo punta y provocó que la zaga del Valencia no pudiera asumir tantos riesgos en la presión, facilitando la circulación de balón de los visitantes.
Antes del minuto 10 llegó la primera aproximación peligrosa para los azulgrana, aunque Lewandowski no estuvo fino para definir un gran pase al espacio de Pedri. Tocaba seguir remando. Pasada la media hora, el canario remató alto una larga jugada de ataque e instantes después ‘Lewy’ volvió a tener el 0-1 en sus botas, pero se equivocó al intentar picar el balón por encima de Mamardashvili. El delantero polaco lo siguió intentando durante todo el encuentro pero no pudo romper la mala racha de tres meses sin ver portería fuera de casa. Ya al filo del descanso, Joao Félix cabeceó forzado y no pudo dirigir la pelota a portería en el último acercamiento antes del intermedio. Quedaba toda la segunda mitad por delante, pero las sensaciones que transmitía el conjunto de Xavi no invitaban al optimismo.
Después del paso por vestuarios, el Barça salió decidido a conseguir la victoria y Gündogan fue el primero en avisar con un tiro que no encontró portería por poco. Los azulgrana estaban más cómodos en el partido y encontraron el premio del gol tras una espectacular jugada de combinación. Raphinha hizo una pared sensacional con De Jong y el brasileño dejó en bandeja el gol a Joao Félix, que solo tuvo que empujarla para abrir la lata. El tercer tanto del portugués en LaLiga daba tranquilidad al Barça, que no iba por delante en el marcador desde la victoria ante el Atlético, y Raphinha pudo ampliar diferencias con un tiro potente que detuvo Mamardashvili.
Guillamón evitó el triunfo
Sin embargo, cuando mejor parecía el juego del Barça, llegó la igualada del Valencia ante la indolencia de la zaga visitante. Guillamón regateó a Raphinha en la frontal y se sacó un zapatazo directo a la escuadra, imposible para Iñaki Peña. El 1-1 dejaba un partido nuevo con 20 minutos por delante y la afición de Mestalla empujaba sin descanso a sus jugadores. Tras el golazo de Guillamón, Ferran Torres entró en medio de una gran pitada por Joao Félix y en el primer balón que tocó rozó el 1-2, pero Mamardashvili volvió a aparecer. A falta de diez minutos para la conclusión, Xavi dio entrada a Lamine Yamal en busca del triunfo, mientras que Baraja reforzó la defensa para no dejar escapar el empate en casa.
Justo tras los cambios, Raphinha también pudo dar la victoria al Barça al plantarse solo ante Mamardashvili, pero el brasileño falló con todo a favor. Los culés lo siguieron intentando en los últimos compases, pero el Valencia resistió y agudiza la crisis de resultados del Barça. Con el empate en Mestalla, ya son tres partidos sin ganar conscutivo y el liderato en LaLiga puede quedar a nueve puntos si el Girona cumple y vence ante el Alavés. Queda solo un partido para terminar el año y los azulgrana deberán subir mucho su nivel si no quieren pasar unas Navidades amargas.