Muchos aficionados del Real Madrid se han llevado las manos a la cabeza últimamente por el tema de debate recurrente en torno al equipo: los fichajes. En este caso, la falta de ellos. En verano y ya iniciada la temporada, se ha criticado lo suyo el conformismo, sobre todo, con la parcela ofensiva de la plantilla. Al no llegar, aparentemente, ninguna estrella mundial (con nombre y apellidos: Kylian Mbappé) y perder a jugadores como Karim Benzema y Marco Asensio, la sensación generalizada era de inapetencia. Sin embargo, ya se sabe que a grandes males suelen contraponerse grandes remedios. Y en Concha Espina los han encontrado precisamente entre esos refuerzos que parecían quedarse cortos: Jude Bellingham, que ya apunta a explotar como killer planetario con la camiseta blanca, y Joselu, que no está por la labor de ser ‘el nuevo Mariano’.
La explicación para el liderato en LaLiga y la primera victoria en la presente Champions League la tienen el centrocampista inglés y el delantero español. Uno aterrizó en el Santiago Bernabéu previo concurso de excepción en el Borussia Dortmund y traspaso astronómico (por encima de los 100 millones). El otro, como máximo goleador nacional de la pasada campaña. Ambos sin grandes alharacas. O eso creyó el respetable, porque prefirieron hablar en el campo, donde se cuece lo que de verdad importa. Ahí están los 15 goles producidos en comandita, sin los que no se podría explicar al Madrid actual.
Está claro que el jugador más en forma de los blancos, ahora mismo, es Bellingham. En su caso, van siete tantos y dos asistencias, fundamentales en la inmensa mayoría de casos: sentenció al Athletic en San Mamés; metió dos goles y sirvió otro a Vinicius para remontar contra el Almería; rescató las victorias frente a Celta, Getafe y Unión Berlín por sus dianas clave, una en cada caso y prácticamente in extremis, y volvió a mostrarse superlativo, con asistencia primero (a Joselu) y gol después, en Girona. Tal es su dimensión que puede decirse que la cara visible del fútbol en España es, por el momento y sin duda alguna, el ‘5′ madridista.
Llegar y besar es lo que ha hecho también Joselu, con cuatro aciertos de cara a portería y dos pases de gol, los mismos que Bellingham. A él le puso en bandeja el 0-1 en Balaídos. Después, un tanto suyo inició la remontada ante el Getafe, acabando con la Real Sociedad. Igualmente, puso el 2-0 definitivo para noquear a Las Palmas. Ya en Montilivi, se aprovechó de una genialidad pasadora de Bellingham para convertir el 0-1 y le devolvió el favor en la jugada que terminó con el 0-3.
Nada que envidiar a otras grandes delanteras
En Arabia, Benzema presenta un bagaje de cinco goles producidos (tres marcados y dos servidos). En París, Asensio, antes de lesionarse, generó tres (dos goles y una asistencia). Sin ir más lejos, y en otras taquillas del vestuario merengue, Rodrygo se queda en dos (1-1: la asistencia se la dio a Joselu al derrotar a Las Palmas) y Vinicius, mermado por sus problemas musculares, en uno (el que le fabricó Bellingham en Almería). Gripada en estos momentos la samba brasileña que se preveía en el ataque de este Madrid, a Carlo Ancelotti no paran de llegarle señales de que se debe seguir explotando la conexión futbolística que tienen Bellingham y Joselu.
Tan bien van las cosas cuando su trabajo sobre el césped se traduce en puntos que el dúo puede mirar de tú a tú a los más portentosos de Europa. No hay tanta distancia con los 19 goles producidos por Erling Haaland y Julián Álvarez en el Manchester City, Harry Kane y Leroy Sané en el Bayern de Múnich o Lautaro Martínez y Marcus Thuram en el Inter de Milán. Además, se superan los 11 que ponen en común Mbappé y Asensio en el PSG.
La sabiduría popular asegura que no hay mal que por bien no venga, y, a raíz de ese periodo estival que muchos vieron con escepticismo, la combinación Bellingham-Joselu ha resultado tan efectiva como inesperada. Cuando no se contaba con unas prestaciones ofensivas tan descollantes, y menos por partida doble, han llegado a la primera fila con intención de quedarse: son, y quieren mantener esa condición, la pareja del año en el Real Madrid.
