Keira Knightley está contemplando la posibilidad de proteger su rostro mediante una licencia de copyright. A primera vista, puede parecer una idea extraña, pero muchas estrellas del cine, el deporte y la música han tomado medidas similares, asegurando partes de sus cuerpos. Lo hacen con un doble propósito: proteger sus ingresos ante una posible pérdida de uno de sus atributos más reconocidos y, de paso, conseguir promoción gratuita debido al revuelo que estas acciones generan.
Sin embargo, la actriz de ‘Piratas del Caribe’ tiene motivaciones diferentes. Knightley ha estado atenta a los cambios en la industria del doblaje desde la irrupción de la inteligencia artificial. Los generadores de voz basados en IA pueden replicar los patrones de habla, la pronunciación y el espectro emocional de los actores para sonar ‘menos robóticos’.
Estrellas como Snoop Dogg y Gwyneth Paltrow han prestado sus voces a aplicaciones como Speechify, que convierte texto en voz. El sindicato SAG-AFTRA ha instado a los actores de doblaje a revisar sus contratos, incluyendo cláusulas que garanticen que no se usará ninguna de sus grabaciones para crear un doble digital de su voz.
Keira no tiene dudas de que los próximos en verse afectados serán sus colegas y ella misma, quienes trabajan frente a las cámaras. De hecho, la regulación del uso de la inteligencia artificial es una de las demandas del sindicato de actores en medio de la actual huelga en apoyo de los guionistas que ha paralizado Hollywood.
Los guionistas temen perder el control creativo y ser en gran parte sustituidos por inteligencias artificiales en el proceso de escritura. Los actores, por su parte, temen la creación de réplicas basadas en IA que podrían ser utilizadas sin su consentimiento o sin recibir una compensación adecuada. Esto recuerda al personaje de Salma Hayek en el episodio de ‘Black Mirror’ llamado ‘Joan Is Awful’, donde interpreta a una actriz que enfrenta a un servicio de streaming tras vender los derechos de su imagen digital, solo para descubrir que una versión IA de ella es la protagonista de un show. Como es típico de ‘Black Mirror’, la trama se torna cada vez más compleja a partir de esa revelación, reflejando los temores reales de las estrellas de Hollywood.
Para Keira, este problema lleva inevitablemente a la necesidad de obtener derechos de autor sobre su rostro: «La inteligencia artificial tiene el potencial de ser catastrófica. Espero que los gobiernos intervengan y la regulen», ha declarado en una entrevista con el Daily Telegraph.