El FC Barcelona se enfrenta a su primera temporada postpandemia sin el colchón económico que ha supuesto la venta de activos en los dos últimos ejercicios. Y lo hace con el objetivo de que los ajustes de gasto y la mejora de ingresos en el plano comercial le permitan cerrar ya en beneficios en 2023-2024 sin necesidad de activar más palancas. “La prioridad es ponernos en resultados positivos con operaciones recurrentes, sin palancas”, ha explicado Eduard Romeu, vicepresidente económico, en un encuentro con medios.
El cumplimiento de este objetivo pasa inexorablemente por la reducción de la masa salarial, entre nóminas de personal deportivo y amortizaciones por fichajes. Ahí, Romeu ha explicado que trabajan con “la voluntad” de que estas dos partidas no superen los 528 millones de euros, de los que 450 millones se corresponderían con el primer equipo de fútbol. “No está hecho, pero es lo que nos hemos propuesto materializar”, señala.
Alcanzar esa cifra obliga a reducir el gasto en más de 120 millones de euros respecto a los 648,8 millones que LaLiga le autorizó en el mes de febrero. Romeu no ha querido indicar cuál es el punto de partida o qué grado de consecución se ha materializado hoy en día, si bien ha confirmado que la junta directiva ha tenido que avalar 6 millones de euros frente a la competición por incumplir sus compromisos en materia de reducción del gasto deportivo, en especial de las secciones.
Las cifras que se manejan en el entorno del club es que las salidas de Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba pueden suponer un ahorro de aproximadamente 80 millones de euros, si bien esta se ve neutralizada parcialmente por dos cuestiones: las mejoras de salario de jugadores como Gavi, Ronald Araújo, Alejandro Balde, y los contratos crecientes que se acordaron con algunos de los futbolistas incorporados en los dos últimos años.
En este punto, hay hasta 51 millones de euros de potencial ahorro con cinco futbolistas a los que se está buscando salida. Se trata de Clement Lenglet, Sergiño Dest, Samuel Umtiti, Álex Collado y Gustavo Maia, cuyos salarios se liberarían en caso de ser vendidos y, por lo tanto, sólo quedaría contabilizar la amortización pendiente en los casos que corresponda. El club no ha detallado qué porcentaje es salario y qué es amortización en el referido importe.
También está la cuestión de las secciones, con unas pérdidas operativas de más de 45 millones de euros anuales en las tres últimas temporadas. Ahí se ha impuesto un importante objetivo de ahorro, que Romeu considera necesario y lógico. “No podemos tener secciones con una desproporción muy grande entre ingresos y gastos; eso no se puede mantener”, ha comentado, partidario también de buscar más ingresos.
Romeu, que ha vuelto a mostrarse molesto con lo que considera falta de supervisión por parte de LaLiga en el anterior mandato, ha recordado que también quedan pendientes de liquidar 70 millones de euros en salarios diferidos. “Cuando llegamos nos encontramos con una mochila de 389 millones de euros”, ha recordado, en referencia a unos salarios que contablemente ya se contabilizaron en ejercicios anteriores, pero que formaban parte de la deuda.
Sobre este punto, el vicepresidente económico ha señalado que hoy la deuda bruta total estaría en 1.350 millones de euros, entre emisiones de bonos, compromisos pendientes de pago con clubes y proveedores, o las referidas nóminas aplazadas. A esa cifra se añaden los 1.500 millones del Espai Barça, que el club considera que no deben cargarse a la entidad en tanto que se ha instrumentalizado a través de un fondo de titulización cuya garantía de pago son los nuevos ingresos del futuro Spotify Camp Nou.
“La deuda es la que es y la iremos repagando en el tiempo”, ha sostenido. El plan de negocio confía en que la explotación de las instalaciones permitirá generar 250 millones de euros anuales, de los que 100 millones se destinarán a afrontar vencimientos y el resto a la operativa del club. Aquí, como ya apuntó 2Playbook, el plan de la junta es que el club pueda refinanciar al menos 1.060 millones de euros antes de 2035.
La razón no es otra que rebajar el coste de la operación, cifrado por el club en el 5,53%. Lo cierto es que la colocación del 70% de la emisión se cerró con un tipo de interés de más del 7%, si bien la junta ya explicó que ese coste se aminoraba con los ingresos financieros que esperan obtener invirtiendo parte del dinero en Letras del Tesoro.
Preguntado por la posibilidad de venta de nuevos activos, Romeu no ha descartado que pueda abordarse finalmente la venta parcial de un 49% de BLM, filial que opera todo el retail, “si vemos que desde el punto de vista industrial tiene sentido”. En cuanto a por qué la colocación de un 25% de los derechos de televisión a Sixth Street o de un 49% de la renombrada Barça Vision a Jaume Roures y Socios.com no sirvieron para reducir aún más el apalancamiento, Romeu ha defendido que parte se reinvirtiera en jugadores porque “la locomotora de este club son los éxitos deportivos del primer equipo masculino”.
Sin palancas y con el reto de reducir la masa salarial, Romeu prevé que la mejora de los ingresos ordinarios es lo que debe ayudar a alcanzar esa rentabilidad económica perdida desde la pandemia. “El trabajo en el gasto es lo que tiene la repercusión más rápida y la más sostenible en el tiempo, pero a nivel de personal el esfuerzo que se ha hecho ya ha sido grande y ahora estamos viendo qué se puede mejorar en procesos”, ha argumentado, sobre la importante salida de trabajadores de oficina en los últimos meses y el cierre de BarçaTV, con un ahorro cifrado en 12 millones.