Familiares, amigos y algunas instituciones de socorro recordaron de diferente manera a las víctimas del terremoto del 10 de octubre de 1986, que dejó unos 1,500 muertos, 200, 000 damnificados y más de 1,500 millones de dólares en pérdidas materiales, y en daño a la infraestructura de San Salvador.
El sismo de 7.5 grados de magnitud en la escala de Richter, con una intensidad de IX en la escala de Mercalli modificada, se registró un día viernes de ese 10 de octubre y fue considerado como uno de los más destructivo en la historia de El Salvador.
Algunos familiares y amigos de las víctimas acudieron este miércoles 10 de octubre hasta las tumbas para llevar flores, otros elevaron plegarias por sus almas y voluntarios de cuerpos de socorro, lo hicieron contando la experiencia vivida y la ayuda oportuna prestada en el rescate de personas lesionadas y la recuperación de cadáveres de las personas fallecidas.
Los puntos donde hubo manifestaciones de recuerdo fue la zona del exedificio Rubén Darío, exHotel Gran San Salvador, la escuela Santa Catalina, hospital Benjamín Bloom y en el reparto Santa Marta, en la zona del barrio San Jacinto.
Uno de los lugares más emblemáticos de esa tragedia, por su grado de destrucción y elevado número de muertos, fue el exedificio Rubén Darío y la escuela Santa Catalina, donde murieron 41 niñas y un niño.
El epicentro de ese terremoto fue localizado en Los Planes de Renderos, al sur de San Salvador, con una profundidad de 5,4 kilómetros. Su onda expansiva se extendió hacia el norte de la capital, atravesando el centro y provocando una cadena de destrucción a su paso por los barrios San Jacinto, Santa Anita, Candelaria y el reparto Santa Marta.
Como consecuencia del movimiento sísmico colapsaron varios edificios de la capital y otros quedaron seriamente dañados, entre los cuales se pueden citar: Dueñas, Gran Hotel San Salvador, la Cafetalera, Tazumal, Hospital Benjamín Bloom, Biblioteca Nacional, Ministerio de Educación, Ministerio de Planificación, Universidad de El Salvador, Dirección de Correos, Ministerio de Hacienda, Ministerio de Agricultura, Colegio Externado San José, el monumento al Divino Salvador del Mundo, la Catedral Metropolitana de San Salvador y el hospital general del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, entre otros.
Muchos de estos edificios dañados y los que calapsaron ya habían sido declarados inhabitables o con daños severos después del terremoto de 1965.
El Salvador tiene varias fallas tectónicas diseminadas en toda la extensión del territorio, lo que provoca temblores y terremotos con cada cierta frecuencia. Además, está en la zona de la falla marítima Los Cocos, ubicada frente a las costas del país.
Tras el terremoto de hace 32 años, en el país se implementan construcciones de viviendas y edificios antisísmicos, lo que hace pensar que en futuros siniestros similares, las pérdidas humanas y los daños en infraestructura podrían ser menores.
Por favor, a quién corresponda, tomar en cuenta que en el centro hay todavía varias estructuras dañadas por ese terremoto y que son una verdadera amenaza para todos los que transitan o tienen sus comercios por ahí. Creo que vale la pena mencionar el edificio que está entre la 1a. Calle Poniente y la 1a Avenida norte, si usted se aproxima al lugar verá que ese inmueble debió ser demolido hace mucho tiempo y que actualmente esta lleno de ventas en todas sus aceras.