El Gobierno siempre tuvo entre los planes principales de trabajo, mejorar las condiciones del sistema de salud público y se ha logrado; en el inicio de la administración hubo la necesidad de correr con algunos planes en vista a la pandemia de COVID-19.
El Presidente de la República Nayib Bukele ordenó reforzar la infraestructura de salud pública para hacer frente a los enfermos de coronavirus. A principios de 2020 nadie sabía con exactitud la fuerza con la que impactaría el virus en el país, de modo que había que estar lo mejor preparados.
De manera inmediata iniciaron las remodelaciones de los hospitales y centros de primer nivel, asignando áreas específicas para los enfermos de COVID-19. El Mandatario salvadoreño giró la instrucción para que no faltara el cuadro de medicamentos. La idea era que la persona llegue a la consulta y regrese a su casa con la medicina necesaria para tratar la enfermedad que tuviera, y así ha sido.
La Ley Nacer con Cariño, se suma a los éxitos de este Gobierno, y tiene como principio fundamental las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud con la que el trato y las atenciones a las madres ha cambiado drásticamente, pasando de una equivocada atención a condiciones dignas para la madre y su familia.
El área de salud pública es fundamental en los planes del Gobierno y lo ha demostrado con el incremento en la asignación del presupuesto anual en esta área, que ha ido en ascenso desde que el Mandatario asumió el poder en el Ejecutivo.
El Hospital El Salvador es uno de los legados de esta administración presidencial, es un centro especializado que puede ser utilizado aparte de las atenciones de COVID-19 para otro tipo de enfermedades que se requieren de aparatos de última generación como con los que cuenta este centro de atenciones.
La frase del Presidente es que lo público debe ser de igual o mejor calidad a los servicios ofrecidos en el sector privado, para que todos los salvadoreños tengan acceso a una atención médica oportuna, profesional y digna.
