Alfa Karina Arrué reveló detalles de cómo vivió los cuatro días atrapada por una tormenta de nieve durante su intento por hacer cima en Denali, Alaska, la montaña más alta de Norteamérica. Sin embargo, la salvadoreña confirmó que no fue el factor natural lo que puso en riesgo su vida, sino el humano al aseverar que fue víctima de machismo por parte de sus compañeros de expedición.
La montañista salvadoreña, atleta del Programa Esfuerzo y Gloria, explicó que ha iniciado un proceso judicial, ya dio su declaración y dará seguimiento al caso.
También asegura que esta situación no ha cambiado su pasión por las montañas.
¿Cómo se siente después de los cuatro días atrapada en Denali y el rescate?
Gracias a Dios ya me siento bien, ya estoy en casa con mi familia, ha sido muy duro, pero creo que ha sido más psicológico que lo físico. Creo que en lo físico estoy acostumbrada a enfrentarme a cosas así, pero en esta ocasión me ha afectado más lo psicológico por todas las circunstancias que se dieron, todos los aspectos humanos que intervinieron para que se diera, lastimosamente, este problema.
Ya estoy recuperándome, justo el jueves bajé y en la noche estábamos llegando a Anchorage, Alaska, a la casa de unos amigos salvadoreños que nos han abierto las puertas de su casa y el domingo voy a viajar a Los Ángeles, California, donde estaré un par de días.
¿Qué reveló el diagnóstico médico realizado después de su rescate?
Ahorita estoy deshidratada, obviamente, tengo todavía inflamaciones y retención de líquidos, pero es normal por todo el proceso de falta de alimento y bebida durante tantos días. Y con el tema de los ojos fue una ceguera temporal, gracias a Dios, y se dio por el congelamiento de la retina cuando tuve el problema con mis lentes y se cayeron los protectores, entonces, empezó a entrarme frío, el viento y la luz.
Estoy bien, no al 100 todavía con mi vista, pero como saben, me tocó bajar a mí de la montaña caminando, porque no podían acceder hasta donde yo estaba por la tormenta.
Comenzó el ascenso a la montaña Denali el 11 de mayo, ¿Cómo fue que se complicó la situación hasta reportar que estaba atrapada por una tormenta de nieve?
El 11 de mayo fue que tomamos el vuelo interno hacia el campo base de Denali y desde el primer día, lastimosamente, empezaron las complicaciones con el equipo, fui víctima de un machismo puro. Las personas con las que iba estaban comportándose de una manera agresiva sin ninguna justificación más que por el hecho de ser mujer y empezamos a tener las primera discusiones sobre que jamás podrá compararse la fuerza de un hombre con la de una mujer, por fuerte que yo sea como mujer, pero a ellos no les importaba eso e iban al ritmo que ellos querían marcar.
Esta vez no fui como en otras ocasiones: con un guía profesional y sabía que me iba a costar más, había que cargar más y era mucho más cansado, pero era lo que yo estaba buscando para llegar fuerte al k2.
En esta montaña no puedes irte sola, por eso íbamos cuatro personas y es una montaña que tiene miles de grietas y son cubiertas por nieve, muy parecido el ambiente a un 8 mil y al Everest, hay tormentas todos los días, tú ves un camino perfecto, pero debajo de eso hay grietas, hay cientos, y por eso recomiendan ir como mínimo tres personas y en esta ocasión íbamos cuatro en una cordada, es decir los cuatro amarrados por una misma cuerda.
En esta montaña cargas tu mochila, pero también cargas un trineo donde pones todo tu equipo, toda tu comida para un mes y cada uno de nosotros estaba cargando 150 libras, desde ahí comenzaba la manera no equitativa, eran 500 libras de peso y la dividimos entre cuatro, pero había una persona que medía casi dos metros y para él cargar 150 no es lo mismo que para que para mí. Cuando hablaba con mi familia yo les decía que ellos estaban siendo muy injustos, pero yo decía “le voy a hacer frente porque me va a servir” y trataba de ponerme a la altura en una situación que sobrepasaba mi fuerza.
¿Cómo quedó atrapada?
Íbamos subiendo y estábamos como a 300 metros del campamento 2 y estaba dividida la discusión porque dos decían que subiéramos y dos que nos quedáramos; incluso dos de ellos comenzaron a desvariar, nos habíamos perdido ya por varias horas y en estas tormentas no ves más allá de dos tres metros y al final decidimos quedarnos. Pero yo ya no podía ver y luego hubo otras situaciones de discusión. Yo estaba sufriendo con dolor en los ojos y era intenso.
En los cuatro días que pasó atrapada en la tormenta ¿qué pensaba y que la motivaba para superar esa situación?
Lastimosamente todo se dio por esas situaciones que fueron provocadas, si yo no hubiera estado con esa vulnerabilidad, si no hubiera sufrido ese tratamiento de parte de ellos, que incluso sufrí violencia, tal vez no se hubieran quebrado los lentes, no me hubiera caído y no hubiera sufrido la ceguera temporal.
Lastimosamente fue una situación provocada, si eso no hubiera sucedido creo que hubiéramos llegado al campamento y ahí hubiéramos pasado la tormenta, después hubiéramos continuado, porque yo sabía que iba a la montaña más fría del planeta.
En ese momento ya me sentía muy vulnerable, psicológicamente me empezó a afectar muchísimo y empecé a sentir mi vida en riesgo, no de parte de la montaña, sino que de parte de ellos y eso es lo que me afectó más, por eso activé los sistemas de emergencia.
Había muchas razones para sentirme vulnerable, estaba ciega, y por la condición de la montaña no podía bajar solo aunque tenía la fuerza y la voluntad; era un suicidio que yo bajara.
Fue duro porque como tres veces fui soterrada por la nieve, me dormía y despertaba, y estábamos totalmente cubiertos. Pero hubo una ocasión en que me preocupé mucho porque empecé a sentir calor, cuando lo normal era sentir frío; también empecé a sentir una gran paz y en mi subconsciente decía que esto no es normal en la montaña, pero era porque se nos estaba acabando el oxígeno y la tienda estaba totalmente cubierta de nieve. Logré abrír la tienda y entró toda la nieve y como que iba nadando traté de abrirme camino, logré pararme y sacar los dedos y que entrara oxígeno.
¿Cómo fue su rescate?
Fueron cuatro días en esas condiciones y los rangers, que son las autoridades en Denali, no podían llegar donde estaba porque no se puede poner la vida de otras personas en riesgo y la tormenta era demasiado fuerte. Finalmente, tuve que tomar la decisión de bajar y ellos obligaron al equipo y le dijeron que era su obligación porque ya tenían conocimiento de toda la situación, yo les había informado.
Esto ya trascendió a las autoridades, a la policía, porque fueron agresiones y los obligaron a bajar conmigo. Bajé por mi propio pie atravesando la tormenta y ya logré llegar al campamento 1, ahí sí la tormenta ya estaba lejos, entonces los rangers pudieron llegar y me bajaron al campamento base para luego tomar el avión que estaba a cargo de la expedición.
Por el momento no voy a dar detalles de quiénes eran mis compañeros de expedición porque esto va a trascender a términos legales.
¿Qué aspecto fue decisivo para su rescate y cómo fue el reencuentro con sus familares?
Mi esposo movió cielo y tierra con las autoridades y estoy muy agradecida con el licenciado Yamil Bukele, con los diputados, con Cancillería y todos los canales diplomáticos que hubo para hablar. Inclusive con el gobernador de Alaska, la vicecónsul, incluso la cónsul de Seattle que vino a recibirme.
Toda esa logística que hicieron y las intervenciones del gobierno y todas las vías diplomáticas ayudaron a que los rangers tomaran acción, porque ellos solo tienen tres lineamientos: cuando hay muerte en la montaña, cuando hay quebraduras y en mi caso, que estuve con ceguera temporal, aunque cuando logré bajar ya podía ver mejor y ya no entraba en ese protocolo de rescate. Solo había una ventana que el clima permitía, sino me hubiera quedado otros tres días.
La presión diplomática ayudó a que los rangers tomaran acción en esa decisión de sacarme de allí.
Luego de esta situación ¿Tiene en planes el ascenso al K2 o qué ha pensado?
Psicológicamente esto ha sido muy duro y para enfrentarse al K2, la más peligrosa del mundo, hay que estar fuerte física y psicológicamente, el éxito de esto depende mucho de eso. Creo que tengo que evaluarme con un psicólogo y hablar con mi patrocinador.
Mi familia ha sufrido mucho, entonces tengo que hablar con ellos, evaluarlo con mi patrocinador.
Yo sé que se escucha feo, pero hablando como montañista, yo mañana regreso a Denali a hacer la cumbre, pero tengo que evaluarlo con mi familia y mis seres queridos.
¿Qué piensa del apoyo y muestras de cariño que recibió en esta dificultad?
Estoy muy agradecida con todos, pero todavía no he podido sentarme a ver todos los mensajes del grupo, mis teléfonos estaban totalmente descargados y mi vista todavía no está al 100, pero me siento muy agradecida, vi que hasta hicieron una campaña y un rosario; no tienen idea de cómo eso da una gran fortaleza cuando uno está bajo nieve porque hay momentos que uno pierde la esperanza.
Estoy muy agradecida con todas las personas que me tuvieron en oración, porque yo soy una mujer de mucha fe y tenía la certeza, que por la voluntad de Dios, saldría de ahí y así fue, gracias a Dios y a todas las oraciones.
¿Pensó en algún momento que no lo iba a lograr?
Cuando estaba soterrada y que no lograba salir de la nieve, en esos minutos, sí pensé que me podía ahogar, pero de ahí, sabía que tenía que salir y estar peleando.
¿Toda esta situación no la pone a dudar de seguir en esto?
No, al contrario. Como le dije no fue la montaña, sino las circunstancias humanas, por mí estuviera en la montaña, pero me da mucha tristeza todo esto porque es una montaña muy preciosa y tengo que volver, pero ya en otras circunstancias, con un buen guía y con una buena compañía.
Cada deporte tiene sus riesgos, sobre todo estos deportes que son extremos, así como un futbolista se puede quebrar una rodilla. Aprovecho para mandar mis saludos a Ivonne (Nóchez) que leí que se había quebrado la clavícula, y quiero decir que cada deporte tiene su riesgo, pero en este la diferencia es que el riesgo es la vida misma.
Todo esto es parte de la montaña y por eso es que se les tiene mucho respeto, hay que ir muy preparado, pero aquí lo que pasó es que jugaron factores externos que fueron los que provocaron esta situación. Yo ya estoy acostumbrada a quedar atrapada en tormentas, ya he perdido los dientes, ya me he caído en grietas y he pasado muchas de estas situaciones, pero acá el factor fue humano lo que me puso en riesgo y al final quizás la misma montaña me protegió.
Q jodienda con esta senora dice q ba de regreso para la montana esa. porq no escala chirilagua por alli hay un cerro q le dicen cerro el mono q hay peligros si pero se puede rescatar
y quien Manda a Alfa a subirse montaǹas? A Costo del pueblo Salvadoreǹo