Fue una de las preliminares en la velada de este sábado que tuvo como pelea principal de la que KSI le ganó por KO a Joe Fournier en Londres. Antes los espectadores presentes en el Wembley Arena presenciaron un combate que rozó lo bizarro, pero que a medida que transcurrieron los minutos se robó la atención y contagió a todos. Es que fue vendida como la “pelea más pesada de todos los tiempos” al tener un global de 360 kilos (u 800 libras) entre los pugilistas, Boogie 2988 y Wings of Redemption.
Wings, cuyo nombre real es Jordie Jordan, y Boogie, que se llama Steven Williams, saltaron a la fama durante los primeros años de YouTube con Wings subiendo videos de sí mismo jugando el juego en primera persona en el Call of Duty, mientras que Boogie ganó popularidad por interpretar al personaje ficticio “Francis”.
Ambos se desafiaron y a los promotores del evento les cayó como anillo al dedo. Luego de un encuentro desafiante en la tradicional ceremonia de los pesajes, la hora de la verdad llegó cuando los dos se subieron al cuadrilátero. Hubo algunas risas del público y algunos escépticos no pudieron creer lo que vieron. Pero con el correr de los minutos los pugilistas se ganaron el interés de todos en un duelo a tres rounds de dos minutos cada uno.
El primer golpe de escena llegó con un complicado momento que vivió Boogie, cuyos pantaloncitos se le cayeron y el árbitro se vio obligado a parar la pelea. Fue atendido por sus auxiliares quienes al no poder arreglar el elástico le pudieron una cinta en la zona superior.
Una vez solucionado el tema, la pelea continuó y Wings, de 37 años (11 menos que Boogie) fue al ataque y comenzó a pegarle a su oponente, que no bajó la guardia e hizo lo posible para defenderse, pero no pudo evitar la superioridad de su rival que a puro uno-dos empezó a edificar su victoria.
A todo esto la actitud del público cambió de forma radical. Las risas se convirtieron en gritos y hasta llegaron algunos aplausos. Los dos contendientes contagiaron a los espectadores y el clima de tensión creció.
Boogie fue advertido por darle la espalda a Wings al comienzo de la segunda ronda, y el final estuvo cantado. Wings puso contra las cuerdas a Boogie y en el segundo asalto llegó la definición. Luego de tres golpes de derecha y siendo el tercero contundente, el juez se acercó a Boogie y le contó hasta ocho. El boxeador no respondió y el árbitro dio por terminado el combate ante el abucheo de la gente, que se enganchó de tal forma que pidieron la continuidad de la pelea.
Wings fue declarado ganador y Boggie, que le protestó al árbitro por haber finalizado el combate, reconoció con hidalguía la victoria de su contrincante y hasta tuvo una reflexión peses a la derrota. En diálogo con Mirror Fighting reveló: “Creo que es un milagro que esté aquí, hace seis años me operé de bypass gástrico y perdí 200 libras (90 kilos). También me concentré en mi cerebro, vi a un terapeuta psicodélico a principios de año y me di cuenta de lo equivocado que estaba. También tenía tanto miedo y miedo de todo. Me di cuenta de que el punto de la vida es un juego, que se juega para divertirse”.