Disney es, sin lugar a dudas, una de las empresas más poderosas del mundo, desde su dominio en prácticamente todos los géneros en cine y televisión, hasta el control que tienen para explotar su mercancía en diversas áreas y formatos. Es por eso que cuando la compañía tiene problemas, todos se siente más caótico de lo normal. Tras enfrentar fracasos en taquilla con Lightyear y Un Mundo Extraño la productora perdió muchos suscriptores en su servicio de streaming, y hace poco tuvieron que tomar la decisión de despedir a varios empelados en todas sus divisiones. Ahora, Disney enfrenta un obstáculo más complicado, en este caso enfocado en su famoso parque temático, debido a ciertas acciones del gobernador de Florida, al que ya demandaron por un pleito de terrenos.
Además de todas las películas que estrenan gracias a Disney, Disney Pixar, Marvel y Lucasfilm, la empresa también cuenta con la división de Disney Parks, Experiences and Products que se encarga de coordinar los parques temáticos de la marca, desde su estructura hasta los nuevos juegos y shows que presentan. La compañía cuenta con varios resorts en Estados Unidos y el mundo, pero el de Orlando, Florida es el más famoso y el más visitado al año, por lo que la mayoría de las ganancias que se generan en esta división provienen de este lugar en específico.
Es por eso que recibir un golpe en este punto clave es bastante grave, y esta es justamente la situación por la que pasa la empresa en estos momentos. El pasado mes de febrero se dieron a conocer algunos cambios en las leyes que ponían en problemas la autonomía y control de Disney en el terreno que adquirió en 1967, y como al frente de este acto opositor esta el gobernador Ron DeSantis, republicano y conservador que promueve la llamada legislación «Don’t Say Gay», se cree que todo se trata de una venganza personal porque la empresa se opuso abiertamente a esta controversial ley, aunque lo hizo luego de recibir mucha presión por parte de sus empleados.
Según Variety, Disney puso esta demanda contra el gobernador asegurando que su decisión es motivada por un asunto personal que, además, incumple con la Primera Enmienda de Estados Unidos sobre la libertad de expresión. Los representantes legales de la marca piden al juez en turno que declare como «ilegal e inaplicable» la toma de sus terrenos como parte del plan del Distrito de Mejoras de Reedy Creek. Disney también aseguró que la acción legal es un recurso que se siguió luego de que no pudieran llegar a un acuerdo real con el gobernador.
La citación oficial de Disney dice:
Disney se encuentra en esta lamentable posición porque expresó un punto de vista que no gustó al Gobernador y sus aliados. Disney desearía que las cosas se hubieran resuelto de otra manera. Pero Disney también sabe que es una suerte contar con los recursos para tomar una posición contra las represalias del Estado, una posición que las empresas más pequeñas y las personas tal vez no puedan tomar cuando el Estado los persigue por expresar sus propios puntos de vista. En Estados Unidos, el gobierno no puede castigarte por decir lo que piensas.
Por supuesto, el equipo legal de Ron DeSantis no tardó en responder:
No conocemos ningún derecho legal que una empresa tenga para operar su propio gobierno o mantener privilegios especiales que no tienen otras empresas en el estado. Esta demanda es otro ejemplo desafortunado de su esperanza de socavar la voluntad de los votantes de Florida y operar fuera de los límites de la ley.
Bajo el nuevo Distrito de Supervisión de Turismo de Florida Central, el gobernador busca tomar control de los terrenos de Disney y aunque en su momento la compañía mandó un comunicado expresando su deseo de llegar a un acuerdo, parece que esto no sucedió. Lo que provoca mucho a Disney, así como a sus aliados, es la amenaza nada velada de Ron DeSantis, quien aseguró que podía aplicar más impuestos a los hoteles de Disney y hasta aprobar la construcción de una prisión junto al famoso parque temático. En su demanda, la empresa reitera que intentó llegar a un acuerdo con el gobernador por más de un año, pero que él públicamente se ha declarado en contra de Disney por ser una marca «woke». Disney pide que la corte tome los contratos previos para definir el control que ya se les había dado bajo el seguimiento de la ley, en especial porque tienen planes para invertir US$17 mil millones en Walt Disney World durante la próxima década, lo que permitirá la creación de hasta 13,000 empleos, algo que beneficiará al estado