Gladiador es una de las películas épicas más importantes para el legado de Hollywood y del propio Russell Crowe, quien gracias a este rol logró hacerse del Oscar a Mejor Actor en el 2000. La cinta recordó al público lo mucho que se disfrutan en la pantalla grande este tipo de historias, mientras que su paso por taquilla, para luego arrasar en la temporada de premios, generó una tendencia dentro de la industria para producir cintas similares que eventualmente se apagó cuando no alcanzaron un éxito similar. El protagonista sabe bien lo mucho que le debe a esta obra, pero también reconoce que no siempre estuvo emocionado por la filmación, especialmente porque el primer guion era un desastre.
La cinta de Ridley Scott cuenta la historia de Maximus Decimus Meridius, un general romano muy respetado por sus colegas que sólo desea regresar a casa con su esposa e hijo tras darle la victoria a Roma en el campo de batalla. Como el emperador Marcus Aurelius sabe que su hijo Commodus, en la cinta interpretado por Joaquin Phoenix, no es apto para gobernar le revela sus planes para que Maximus se quede en el poder y restaure la República, dando así una nueva importancia al pueblo. Por supuesto, Commodus decide que él debe tener el poder y no duda en matar a su padre y mandar matar a Maximus y su familia.
Maximus es dado por muerto y vendido como esclavo, para luego ser comprado por su fuerte físico que lo hacen un gladiador muy prometedor. Utilizando su sabiduría militar, el protagonista se hace de un nombre como el mejor luchador en el Coliseo y comienza a ser popular entre el público espectador que lo admira. La cinta cumple muy bien a nivel narrativo para ponernos el pleito emocional entre Maximus y Commodus, pero también es un deleite visual y brutal ver las escenas de pelea que siempre terminan con muchos muertos y litros de sangre derramada.
A pesar de ser una historia más o menos simple de venganza, Gladiador marcó un antes y un después en el cine sobre las producciones de este calibre y el retorno a las historias épicas e históricas. Desde su estreno, Scott habló de hacer una secuela y la idea pasó de mano en mano por todo Hollywood, con guiones que iban desde la resurrección de Maximus hasta tenerlo como un protagonista inmortal que termina trabajando para el gobierno estadounidense.
Con el tiempo reafirmando su legado, es fácil ver ahora que Gladiador estaba destinada al éxito, pero Russell Crowe sabe bien que no siempre estuvo en el camino correcto, y que estos cambios fueron indispensables para darle una justa oportunidad a la historia. En entrevista con Vanity Fair, el actor de Una Mente Brillante explicó:
Tenía confianza en mis habilidades como actor principal. De lo que no estaba seguro con ‘Gladiador’ era del mundo que me rodeaba. En el centro de lo que estábamos haciendo había un gran concepto, pero el guion era una basura, una absoluta basura. Y tenía todo este tipo de secuencias extrañas.
De manera específica, el actor recuerda que el guion original decía que los gladiadores entraban al Coliseo en carrozas llenas de publicidad de aceite de oliva y otros productos, como sucede ahora con los autos de carrera. En la vida real, esto sí sucedía en esa época, pero para Crowe era un distractor muy absurdo que alejaría a los espectadores:
Todo eso es cierto, pero no va a funcionar bien para una audiencia moderna. Van a decir: ‘¿Qué diablos es todo esto?’ La energía en torno a lo que estábamos haciendo estaba muy fracturada. Pensé un par de veces: ‘Tal vez mi mejor opción es subirme a un avión y salir de aquí.’ Fueron mis conversaciones continuas con Ridley las que me dieron fe.
Russell Crowe recuerda que Ridley Scott, con quien volvió a trabajar en Un Buen Año , Gánster Americano , Red de mentiras y Robin Hood , le dijo que no filmarían nada que no le diera seguridad a él como actor:
En un momento, [Ridley Scott] me dijo: ‘Amigo, no vamos a poner nada frente a la cámara en lo que no creas al 100%’. Entonces, cuando comenzamos la película teníamos 21 páginas de guion en las que estábamos de acuerdo. Un guion suele tener entre 103, 104 o 110 páginas. Así que teníamos un largo camino por recorrer y básicamente usamos esas páginas en la primera sección de la película. Entonces, para cuando llegamos a nuestra segunda locación, que era Marruecos, nos estábamos poniendo al día.
El experimento, aunque arriesgado, ciertamente funcionó porque Gladiador sigue siendo un título indispensable para Hollywood. Luego de tantos años de malos manejos y tramas extrañas, por fin se dio luz verde a una secuela que será protagonizada por Paul Mescal, aunque Crowe no participará de ninguna forma en la producción, algo que lo deja bastante celoso, pero también emocionado por ver el resultado.